Los organismos genéticamente modificados no son ninguna novedad en el cultivo de maíz. Junto con la soja, el algodón y otros cultivos extensivos, el cereal cuenta desde hace años con herramientas biotecnológicas que le permiten, por ejemplo, ser resistente al herbicida glifosato o producir proteínas que lo protegen del ataque de insectos. Pero hasta ahora nunca se había logrado interferir en el desarrollo mismo de la planta para que rindiera más, sin considerar las cuestiones exógenas.
Según afirma un artículo de la revista Science, desde el año 2000 investigadores de todo el mundo intentaron identificar un gen que pudiera aumentar los rendimientos, y llegaron a un grupo de genes que forman parte del mecanismo de desarrollo de la planta, pero la tasa de éxito en las investigaciones fue tan baja que la mayoría abandonó la búsqueda.
Pero ahora, un grupo de investigadores de la compañía Corteva decidió centrarse en uno de esos genes, el zmm28, y llegó a resultados prometedores. "El grupo tuvo como objetivo fusionar zmm28 con un nuevo promotor, un tramo de ADN que controla cuándo se activa el gen. Después de probar una docena, encontraron uno que funcionaba de manera confiable. Por lo general, zmm28 se activa cuando las plantas de maíz comienzan a florecer. El promotor agregado activó zmm28 antes de lo que ocurre naturalmente y también continuó aumentando los efectos beneficiosos del gen después de la floración", explica el artículo. "Si haces que el gen trabaje más y más, puedes hacer que la planta funcione mejor", dice en el artículo el biólogo molecular de la Universidad de Iowa Kan Wang.
Los investigadores, según afirman en Science, probaron el rendimiento mejorado del gen en 48 tipos comerciales de maíz en Estados Unidos entre 2014 y 2017, y descubrieron que los híbridos modificados generalmente producían entre un 3% y un 5% más de grano que las plantas de control. "Algunos arrojaron entre 8% y 10% más, informa el equipo esta semana en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias. El beneficio se mantuvo independientemente de cuán buenas o malas fueran las condiciones de crecimiento", detalla.
El mayor crecimiento de las plantas se debe a varios factores. En primer lugar, las plantas modificadas genéticamente tienen hojas un poco más grandes, que son 8% a 9% mejores para convertir la luz solar en azúcares. Además, son 16% a 18% más eficientes en el uso de nitrógeno, otro rasgo que ha sido difícil de manipular para los obtentores debido a la genética compleja.
Técnicamente, no se trataría de cultivos transgénicos ya que tanto el gen zmm28 como el promotor de activación son naturales del maíz, simplemente fueron editados mediante las técnicas más modernas de edición génica. Pero como los marcos regulatorios de la mayoría de los países aun no distinguen entre los diferentes métodos, desde la compañía estiman que la llegada de los híbridos a los mercados podría demorar entre 6 y 10 años. Y afirman que hay un enorme potencial para descubrimientos similares en otros cultivos.
Clarín – Lucas Villamil