Tras el impulso dado por el USDA con los recortes de producción y de stocks estadounidenses, el maíz picó en punta, con ganancias semanales que superaron el 7,4% en la Bolsa de Chicago, donde sus precios se ubicaron en lo más alto desde julio de 2013, mientras que para la soja, las subas fueron mayores al 3%, también impulsadas por un nivel muy bajo de reservas previsto para el cierre del ciclo. Tanto en maíz como en soja, la escasez se volvió una realidad más acuciante tras los reportes del martes pasado, por lo que la disputa que se viene por las tierras para la campaña 2021/2022 será digna del prime time. El trigo completó el cuadro alcista con mejoras superiores al 5,7% en Chicago y al 8% en Kansas, con Rusia en el centro de la escena por los aranceles que planea comenzar a cobrar desde febrero a las exportaciones y que, quizás, podrían volverse un fundamento bajista para el mercado en el corto plazo. En la plaza local, el Matba Rofex reflejó las mayores ganancias en las pizarras de trigo y de maíz.
Indicadores exógenos que impactan sobre los precios
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Viernes 15 |
Viernes 8 |
Variación en % |
Petróleo |
52,36 |
50,83 |
+3,01 |
Dólar/Euro |
1,2120 |
1,2209 |
-0,73 |
Real/Dólar |
5,3036 |
5,4043 |
-1,86 |
Peso/Dólar* |
85,54 |
84,92 |
+0,73 |
* Tipo de cambio Comprador (cotización divisa) del Banco Nación.
SOJA
Ajustadas por las bajas registradas el viernes en Chicago y por las lluvias que resultan favorables para el desarrollo de los cultivos locales, las subas semanales de la soja fueron leves en el mercado disponible local, donde la transición de las ofertas de los compradores fue de 348 a 350 dólares por tonelada (de 29.552 a 29.939 pesos) para las terminales del Gran Rosario. Sobre los puertos del sur se mantuvo la ausencia de ofertas abiertas.
Para el viernes el FAS teórico de la soja fue calculado por el Ministerio de Agricultura de la Nación en $ 32.705, mientras que para el inicio de la nueva semana comercial, fue fijado en 32.224 pesos. En el cierre de semana, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) relevó el FAS teórico de la soja para la industria aceitera exportadora en 379,80 dólares por tonelada, equivalentes a 32.528 pesos. El valor FOB del poroto de soja en los puertos argentinos pasó de 558 a 573 dólares por tonelada; el del aceite, de 1110 a 1050 dólares, y el de la harina, de 518 a 540 dólares por tonelada, según los datos publicados por Agricultura.
Las leves mejoras comprendieron asimismo a las operaciones con soja de la próxima cosecha, para las entregas entre abril y mayo, dado que los compradores elevaron sus ofertas de 335/342 a 340/343 dólares por tonelada para la zona del Gran Rosario; de 340 a 343 dólares para Bahía Blanca, y de 335 a 338 dólares por tonelada para Necochea.
En un contexto de subas importantes en los últimos meses, también fueron leves las ganancias semanales de la soja en el Matba Rofex, donde los contratos enero y mayo sumaron un 1,44 y un 0,29%, tras pasar de 348 a 353 y de 341 a 342 dólares por tonelada.
En su informe semanal sobre carga de buques programada, la BCR indicó que entre el 13 de enero y el 3 de febrero deben salir desde el Gran Rosario 45.000 toneladas de poroto, 1.370.600 toneladas de harina y 184.000 toneladas de aceite; desde Bahía Blanca, 41.000 toneladas de harina, y desde Necochea, 16.500 toneladas de aceite.
Acerca de los cultivos, el jueves la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) relevó el avance de la siembra de soja sobre el 97,5% de los 17,2 millones de hectáreas previstos, con un adelanto interanual de 2,10 puntos. “Impulsada por las precipitaciones de los últimos 10 días y tras el cierre de la ventana de siembra, culminan las labores en las diferentes regiones de Buenos Aires y de La Pampa. Aún restan por incorporar 438.000 hectáreas, concentradas sobre el norte. Paralelamente, los cuadros más tempranos del centro del área agrícola inician su período crítico con reservas hídricas ajustadas”, dijo la entidad.
En su informe mensual, el miércoles la BCR explicó que con la llegada de lluvias hay un repunte del crecimiento de la soja sobre todo en las zonas postergadas por la falta de humedad en la región centro. “Si bien se necesitan más milímetros, las sojas ya muestran signos de reacción. Habrá que ver si los milímetros alcanzan para revertir la problemática generalizada de plantas con pocos entrenudos y mucho más cortos que en otras campañas y con grandes dificultades para cerrar el entresurco. Lo malo de esta campaña es que la deuda de agua que ha dejado la sequía de 2020 sigue presente. Según comenta el Dr. Aiello: ‘El hecho de que valores tan significativos de precipitación no alcancen para mejorar sustancialmente las reservas de agua útil es un claro indicador de la gran magnitud del déficit’. Pero también señala que se mantiene un importante calentamiento del Océano Atlántico que puede seguir moderando los efectos deficitarios de la Niña en las próximas semanas. En estas condiciones, el escenario proyectado se reduce a un horizonte productivo de 47 millones de toneladas de soja para el ciclo 2020/2021”, proyectó la entidad.
Un poco más halagüeña fue la estimación de la cosecha argentina formulada el martes por el USDA, que en su informe mensual proyectó 48 millones de toneladas, claro que ese volumen implicó un recorte de 2 millones respecto de los 50 calculados en diciembre. Las cifras tentativas de exportaciones el organismo las mantuvo sin variantes para el poroto y para el aceite, en 7 y en 5,65 millones de toneladas, pero las redujo de 26,70 a 26,30 millones para la harina.
La soja sumó otra semana alcista a una secuencia que llevó sus precios hasta lo más alto desde mediados de 2014 en la Bolsa de Chicago, donde los contratos marzo y mayo ganaron un 3,06 y un 3,17%, luego de pasar de 505,13 a 520,57 y de 503,85 a 519,83 dólares por tonelada. Al fundamento alcista persistente desde agosto último: la fortaleza de la demanda china, se sumó el USDA, con su informe mensual, donde revisó en baja su estimación sobre el volumen de la cosecha 2020/2021; elevó el objetivo de ventas externas, y volvió a reducir su proyección sobre las existencias finales estadounidenses.
En detalle, el organismo redujo de 113,49 a 112,55 millones de toneladas su estimación sobre la producción de soja de Estados Unidos y la dejó debajo de los 113,16 millones previstos por los privados. Ese recorte fue consecuencia de un ajuste en el rinde promedio, de 34,10 a 33,76 quintales por hectárea. Y respecto del resto de las variables comerciales, incrementó levemente la molienda, de 59,74 a 59,87 millones, pero ajustó el consumo interno, de 63,51 a 63,29 millones. Como se preveía por lo acelerado de las ventas externas, elevó de 59,87 a 60,69 millones de toneladas el objetivo de exportaciones. Para compensar al menos parcialmente la escasez, el USDA incrementó de 410.000 a 950.000 toneladas su estimación sobre las importaciones. Pero incluso con ese último “esfuerzo”, las existencias finales fueron proyectadas en 3,80 millones de toneladas, debajo de los 4,76 millones de diciembre; casi en paridad con los 3,78 millones augurados por los privados, y en el nivel más bajo desde los 2,50 millones de la campaña 2013/2014.
En cuanto a Sudamérica, más allá del ajuste sobre la previsión de la cosecha argentina, el USDA mantuvo el martes en 133 millones de toneladas su cálculo sobre la producción de Brasil y en 85 millones las ventas externas. Un día después, la Conab difundió su informe mensual y redujo de 134,45 a 133,69 millones de toneladas su previsión sobre la cosecha de soja de brasileña, pero elevó de 85 a 85,70 millones el saldo exportable. Para AproSoja, que estimó en 129 millones de toneladas la cosecha, el organismo brasileño está sobreestimando el volumen de la producción.
Sobre este último punto, dada la escasez que se registra en los Estados Unidos, que incluso llevó al USDA a elevar en un 131,71% la estimación sobre las importaciones de poroto de soja, resulta poco probable que una cosecha brasileña en torno de los 133 millones de toneladas alcance para restarle al mercado la firmeza que ganó en los meses precedentes. Podrán sobrevenir tomas de ganancias, lógicas en medio de un rally alcista tan prolongado, e incluso un sentimiento bajista cuando la demorada oferta brasileña ingrese con ímpetu en el mercado en febrero, pero, dadas las necesidades de China, un país que en la aparente salida de la pandemia parece dispuesto a acentuar el proceso de recomposición de su rodeo porcino, un nivel de precios elevado, en perspectiva de lo vivido en los años anteriores, no parecería estar en riesgo. No, al menos, hasta tanto la cosecha 2021/2022 de EE.UU. logre sortear con éxito las contingencias climáticas que en las dos campañas anteriores le impidieron acercarse a los 120 millones de toneladas. Si eso sucede, quizás, comenzará a escribirse una nueva historia, pero hasta tanto, habrá de pasar mucha agua por el río y se verán zarpar muchos barcos hacia China.
Y para afianzar la vigencia de la firmeza de los precios de la soja, el informe semanal sobre las exportaciones estadounidenses concertadas entre el 1º y 7 de enero hizo su aporte a la causa, dado que el jueves el USDA relevó ventas por 908.000 toneladas, por encima de las apenas 37.000 toneladas del reporte anterior y del rango estimado por los operadores, que fue de 300.000 a 700.000 toneladas. El volumen de ventas acumulado al quinto mes del ciclo comercial asciende ahora a 55,68 millones de toneladas, equivalente al 91,74% del nuevo objetivo de exportaciones para toda la campaña 2020/2021, de 60,69 millones de toneladas.
¿Con el magro 8% restante habrá de atravesar EE.UU. los casi siete meses y medio que restan del ciclo comercial o, inexorablemente, el USDA deberá volver a elevar su previsión de exportaciones en los próximos reportes mensuales? Pero para hacer eso, ¿de dónde sacará soja?
En el nivel mundial, la presente sería la segunda campaña consecutiva con existencias finales de soja en baja. Desde los 112,80 millones de toneladas del ciclo 2018/2019 se pasó a 95,39 millones en 2019/2020, y, ahora, a 84,31 millones de toneladas, siempre según las cifras del USDA.
MAÍZ
En una semana agitada por el cese de comercialización hasta el miércoles y por la reapertura del registro de ventas al exterior, el maíz cerró con saldo positivo para los precios en el mercado disponible, donde las ofertas de los exportadores crecieron por la inercia externa de 205 a 210 dólares por tonelada (de 17.409 a 17.963 pesos) para el Gran Rosario y para Bahía Blanca. No hubo ofertas abiertas por el cereal en el puerto de Necochea.
Para el viernes el FAS teórico del maíz fue calculado por Agricultura en $ 18.370, mientras que para el inicio de la nueva semana comercial fue fijado en 18.247 pesos. El valor FOB del maíz en los puertos argentinos creció de 251 a 263 dólares por tonelada, según lo publicado por Agricultura.
El saldo semanal también fue alcista para los precios del maíz de la próxima cosecha, para las entregas entre marzo y abril, con propuestas que subieron de 205 a 210 dólares por tonelada para el Gran Rosario; de 210 a 215 dólares para Bahía Blanca, y de 205 a 215 dólares por tonelada para Necochea.
Igualmente relevantes fueron las subas semanales en el Matba Rofex, donde los ajustes de las posiciones enero y abril del maíz sumaron un 3,96 y un 4,22%, luego de crecer de 202 a 210 y de 201,50 a 210 dólares por tonelada.
En su informe semanal sobre carga de buques programada, la BCR indicó que entre el 13 de enero y el 3 de febrero deben salir desde el Gran Rosario 748.144 toneladas de maíz; desde Bahía Blanca, 279.000 toneladas, y desde Necochea, 37.000 toneladas
Respecto de los cultivos, el jueves la BCBA relevó el avance de la siembra de maíz para grano comercial sobre el 90,9% de los 6,3 millones de hectáreas previstos, con un progreso semanal de 5,6 puntos y con una demora interanual de sólo 0,1 puntos.
Por su parte, en su informe mensual, la BCR, explicó que el evento de lluvias que comenzó el jueves 8 y se extendió hasta el 12 fue un punto de giro para la campaña maicera. “Sí no se hubiese producido, la estimación de maíz argentina habría caído 1,2 millones de toneladas más respecto de los guarismos que aquí se presentan. Las lluvias detuvieron la caída de rindes y pusieron piso a la productividad unitaria de los maíces tempranos. La franja central estaba atravesando el llenado con escasas a nulas reservas en los suelos y las lluvias que se dieron desde el 20 de diciembre flanqueaban la región pampeana, dejando algunos milímetros en algunas zonas, pero sin alcanzar a la región. Esto estaba afectando a Entre Ríos, Santa Fe, a buena parte de Córdoba –sobre todo el centro y el este–, junto con el norte bonaerense. Los 4 días de tormentas dejaron entre 30 y 60 milímetros en la franja central”, detalló.
Y agregó que existe una nueva posibilidad de lluvias, que podría afianzar el escenario productivo en los próximos días. “Este cambio de escenario productivo permite estimar el rinde nacional del maíz en 75,5 quintales por hectárea, 1 quintal abajo del promedio de los últimos 5 años. La siembra de maíz cayó respecto del último ciclo en un 2,3% y se estima el área comercial cosechada en 6,1 millones de hectáreas. Con estas cifras, la primera estimación hecha sobre la condición del cultivo muestra una producción de 46 millones de toneladas. Se trataría de la segunda mejor marca productiva, quedando un 10,7% por debajo del récord de 51,50 millones de toneladas obtenido en las campañas 2018/2019 y 2019/2020. Sin embargo, las próximas 3 semanas son muy importantes. Con las condiciones medio ambientales de los próximos meses para las siembras tardías, se determinarían los ajustes sobre las cifras de rinde y producción”.
El martes el USDA redujo de 49 a 47,50 millones de toneladas su previsión sobre el volumen de la cosecha argentina de maíz 2020/2021, pero mantuvo en 34 millones el cálculo sobre las exportaciones.
En el mercado de maíz estadounidense, la dimensión de las subas semanales reflejó de manera cabal la sorpresa que se llevaron los operadores frente a las cifras publicadas el martes por el USDA en sus informes mensual y trimestral. En efecto, en la Bolsa de Chicago las posiciones marzo y mayo del cereal treparon un 7,10 y un 7,48%, al pasar de 195,36 a 209,24 y de 195,86 a 210,52 dólares por tonelada, para ubicarse en lo más alto desde julio de 2013.
El golpe inicial el USDA lo dio en su informe sobre existencias trimestrales estadounidenses, donde revisó a la baja el volumen de maíz al 1º de septiembre pasado, de 50,67 a 48,76 millones de toneladas. Y, acto seguido, el stock al 1º de diciembre último lo relevó en 287,58 millones, lejos de los 303,57 millones previstos por los operadores y casi en paridad con los 287,72 millones registrados al 1º de diciembre de 2019, después de una cosecha que había dejado 345,96 millones de toneladas
Ya en su reporte mensual, el organismo recortó de 368,49 a 360,25 millones de toneladas la producción de EE.UU. y la dejó por debajo de los 367,55 millones proyectados por los privados. Como en el caso de la soja, el recorte respondió al ajuste del rinde promedio, que para el cereal fue de 110,34 a 107,96 quintales por hectárea. Como quedó expuesto en el informe trimestral, semejante recorte en la cosecha fue complementado con el ajuste del stock inicial, de 50,68 a 48,76 millones de toneladas. Y frente a esos dos datos, el USDA se vio obligado a racionar la demanda, entonces, achicó el uso forrajero, de 144,79 a 143,52 millones de toneladas, y el uso total, de 309,26 a 305,45 millones, con el dato excluyente del recorte del uso para etanol, que bajó de 128,28 a 125,73 millones. También redujo su previsión de exportaciones, de 67,31 a 64,77 millones de toneladas, cuando, como se verá a continuación, el interés de los importadores goza de muy buena salud.
Con todos los retoques descriptos, el USDA estimó las existencias finales de maíz estadounidense en 39,42 millones de toneladas, debajo de los 43,23 millones del reporte de diciembre y de los 40,62 millones proyectados en promedio por los privados. De ese modo, las reservas previstas por el organismo son las más bajas desde los 31,29 millones del ciclo 2013/2014.
La producción de maíz de Brasil fue calculada por el USDA en 109 millones de toneladas, por debajo de los 110 millones estimados en diciembre, pero sus exportaciones fueron sostenidas en 39 millones de toneladas. Un día después, la Conab ajustó levemente su estimado de cosecha, de 102,59 a 102,31 millones de toneladas y mantuvo en 35 millones su cálculo sobre las exportaciones. De confirmarse las cifras del organismo brasileño y los 46 millones de toneladas previstos para la Argentina por la BCR, que habilitarían un saldo exportable local de entre 31 y 33 millones de toneladas, la oferta sudamericana no sería suficiente para compensar el crecimiento de la demanda. Por el contrario, si la razón queda del lado de los técnicos del USDA, el aporte conjunto de Brasil y de la Argentina podría favorecer una transición relativamente calma hasta septiembre próximo, cuando ingrese la nueva cosecha estadounidense.
Y en cuanto a ese crecimiento de la demanda, el USDA elevó el martes de 16,50 a 17,50 millones de toneladas su estimación sobre las importaciones de China, que así superó en volumen a México y a Japón, tradicionales compradores estadounidenses que en la presenta campaña demandarían 16,50 y 16 millones de toneladas, respectivamente. Vale destacar que el salto chino se da desde los 7,60 millones importados en el ciclo 2019/2020 y desde los 4,48 millones de 2018/2019. Como se destacó en el espacio de la soja, mientras intenta dejar atrás la pandemia, China parece resuelto a acentuar el trabajo de recomposición de su rodeo porcino, pero sin descuidar el abastecimiento de la demanda de los engordadores de bovinos y de aves de corral, por lo que esta demanda ampliada de maíz se suma a los 100 millones de toneladas en compras de poroto de soja.
El informe semanal sobre las exportaciones de los Estados Unidos contribuyó el jueves con la tendencia alcista de los precios del maíz, sobre todo luego de que el USDA ajustara su previsión sobre las ventas externas en su trabajo mensual. Ocurre que pese a esa decisión de los técnicos, el organismo relevó exportaciones por 1.437.700 toneladas, por encima de las 748.900 toneladas de la semana anterior y del rango previsto por los privados, que fue de 700.000 a 1.200.000 toneladas. Así, el total comercializado de maíz 2020/2021 asciende a 45,38 millones de toneladas, equivalentes al 70% del nuevo objetivo de ventas externas planteado por el USDA el martes, de 64,77 millones de toneladas, cuando se promedia el quinto mes de la temporada comercial. Cabe agregar que durante la semana, en sus reportes diarios, el organismo confirmó nuevas ventas por otras 614.800 toneladas. Entonces, ¿cómo se logrará exportar menos si el mercado sigue demostrando que los compradores piden más?
En el nivel mundial, y pese a los efectos de la pandemia sobre la economía y sobre el consumo, la presente sería la cuarta campaña consecutiva con existencias finales en baja. Desde los 351,96 millones de toneladas del ciclo 2016/2017 se pasó a 340,76 millones en 2017/2018; a 320,04 millones en 2018/2019; a 303,01 millones en 2019/2020, y, ahora, a 283,83 millones de toneladas, siempre según las cifras del USDA.
TRIGO
Fue positivo el balance de la semana para los precios del trigo en el mercado doméstico, donde las propuestas de los exportadores crecieron de 225 a 233 dólares por tonelada (de 19.107 a 19.931 pesos) para el Gran Rosario; de 225 a 230 dólares para Bahía Blanca, y de 210 a 215 dólares por tonelada para Necochea.
Para el viernes el FAS teórico del trigo fue calculado por Agricultura en $ 19.872, mientras que para el inicio de la nueva semana comercial fue fijado en 20.252 pesos. El valor FOB del trigo en los puertos argentinos pasó de 277 a 291 dólares por tonelada, según lo informado por Agricultura.
La tónica alcista semanal se replicó en el Matba Rofex, donde las posiciones enero y marzo del trigo aumentaron 4,76 y 4,98, luego de pasar de 231 a 242 y de 231 a 242,50 dólares por tonelada.
En su informe semanal sobre carga de buques programada, la BCR indicó que entre el 13 de enero y el 3 de febrero deben salir del Gran Rosario, 351.742 toneladas de trigo; desde Bahía Blanca, 207.500 toneladas; desde Necochea, 71.500 toneladas, y desde otros puertos, 30.000 toneladas.
Acerca de los cultivos, el jueves la BCBA dio por terminada la cosecha de trigo que, con un rinde promedio nacional de 28,2 quintales por hectárea, aportó un volumen total de 17 millones de toneladas. “El rendimiento nacional se ubica como el segundo más bajo de los últimos 10 años y las pérdidas de área fueron del 7,2%, la proporción más alta en el mismo período de tiempo”, dijo la entidad.
La BCR, que también estimó el volumen de la cosecha de trigo en 17 millones de toneladas, destacó que se registraron rindes récord en el sudeste bonaerense. “Se esperaba una muy buena cosecha, pero los resultados fueron superadores: la amplia zona productiva de Tandil cierra la trilla con 50 quintales por hectárea de promedio y la de Tres Arroyos, con 46,5 quintales. De esta manera, Buenos Aires logra un récord productivo, con 10,70 millones de toneladas, contrastando enormemente con Santa Fe y con Córdoba”, dijo la entidad.
El martes, en su informe mensual, el USDA redujo de 18 a 17,50 millones de toneladas su previsión sobre la cosecha argentina de trigo y de 12,50 a 12 millones el saldo exportable.
Para el trigo estadounidense el balance semana fue muy positivo. En efecto, las posiciones marzo y mayo en la Bolsa de Chicago aumentaron un 5,75 y un 5,58%, al pasar de 234,70 a 248,20 y de 235,44 a 248,57 dólares por tonelada. En Kansas las mejoras fueron aún mayores, del 8,11 y del 7,80%, tras variar de 218,53 a 236,26 y de 220,19 a 237,36 dólares por tonelada, respectivamente. Entre los fundamentos alcistas se ubicó el nuevo ajuste de las existencias estadounidenses proyectado el martes por el USDA en su informe mensual, pero también se destacó la decisión del gobierno de Rusia de avanzar con aranceles a las exportación de trigo ruso desde mediados del mes próximo.
En su repaso por las variables comerciales 2020/2021 en los Estados Unidos, el USDA mantuvo la cosecha en 49,69 millones de toneladas y las importaciones en 3,27 millones, pero elevó el uso forrajero de 2,72 a 3,40 millones y el uso total, de 30,67 a 31,38 millones. Las exportaciones fueron sostenidas en 26,81 millones de toneladas y las existencias finales las proyectó en 22,76 millones de toneladas, debajo de los 23,45 millones del informe de diciembre y de los 23,38 millones augurados por los privados.
En su trabajo sobre las existencias al 1º de diciembre último, el USDA relevó 45,55 millones de toneladas de trigo, por debajo de los 46,13 millones previstos por los privados y un 9,08% debajo de los 50,10 millones vigentes a igual momento de 2019.
Además, en su trabajo sobre las siembras de invierno, el organismo estimo en 12,95 millones de hectáreas la superficie cubierta por el trigo, por encima de los 12,75 millones proyectados por los privados y un 5,28% arriba de la siembra precedente, de 12,30 millones de hectáreas.
En cuanto al resto de los proveedores globales, lo destacado pasó por Rusia, dado que el USDA ajustó de 40 a 39 millones de toneladas su previsión sobre las exportaciones, en parte, por la resistencia que podría generar en los vendedores los aranceles que el gobierno de Vladimir Putin impondrá desde el 15 de febrero, previstos en 25 euros por tonelada de trigo. Sin embargo, ahora se sabe que ese impuesto subirá hasta los 50 euros entre el 16 de marzo y fines de junio. Pero la novedad, que podría implicar una reversión bajista de este fundamento ruso, es que el propio gobierno descartó que para la próxima temporada que se inicia el 1º de julio los aranceles a las ventas externas de trigo bajen a cero. Es decir, en Rusia, los derechos de exportación también habrían vuelto para quedarse. Entonces, frente a esa posibilidad que genera incertidumbre, ¿por qué los productores habrían de diferir la comercialización del grano 2020/2021? Este será un tema para seguir con atención en las próximas jornadas, dado que podría tener consecuencias directas sobre los precios.
Aunque con poco impacto sobre los precios, el informe semanal sobre las exportaciones de los Estados Unidos fue negativo para el mercado, dado que el jueves el USDA relevó ventas por 221.900 toneladas de trigo, por debajo de las 275.300 toneladas del reporte anterior y del rango previsto por los operadores, de entre 250.000 y 500.000 toneladas.
Por último, en el nivel mundial, la presente sería la segunda campaña consecutiva con existencias finales en alza. Desde los 283,16 millones de toneladas del ciclo 2018/2019 se pasó a 300,09 millones en 2019/2020, y, ahora, a 313,19 millones de toneladas, según las cifras del USDA.