Luego del freno en las ventas que aplicaron algunas empresas de fertilizantes tras la medida del Banco Central (BCRA) con nuevas condiciones para el acceso a los dólares por parte de los importadores, limitándolo para quienes tengan este activo en el exterior, en las últimas horas se fue reactivando la operatoria, aunque la situación no está del todo normalizada. Por un lado, las empresas siguen abocadas a despachar los fertilizantes comprometidos para la actual campaña de trigo, "atendiendo el día a día" y trabajando con ventas nuevas más de "clientes exclusivos" o de "los mejores clientes".
En varias de ellas esperan todavía alguna señal del BCRA para tener certidumbre respecto de las ventas para más adelante, esto es los siguientes meses. Si antes el cliente ya quería inclusive tomar ahora una posición en fertilizantes para la próxima siembra de granos gruesos, que empieza en septiembre con el maíz, la respuesta general que recibe ahora es que primero se está atendiendo el trigo.
En el Central sostienen, en tanto, que "no hay vocación de trabar nada" con la medida. Por estas horas hay contactos de firmas del sector con la autoridad monetaria. Vale recordar que la Mesa de Enlace una reunión con el presidente del BCRA, Miguel Pesce. Podría haber un contacto con la dirigencia del campo en los próximos días.
Según datos del organismo, en el bimestre abril-mayo se pagaron importaciones por un 30% más del volumen importado. Se importó -no solo agro sino en general- por 5800 millones de dólares y los importadores accedieron a divisas por 7500 millones de dólares.
"En este bimestre hubo cancelación de obligaciones y anticipo de pagos de importaciones que no hacen a las prácticas comerciales habituales. La Circular A7030 (que estableció la medida) establece las condiciones de acceso al mercado para normalizar esa situación disruptiva", dicen en el Central. Remarcan que están las divisas disponibles para el normal funcionamiento de la actividad productiva".
"No está en el espíritu de la norma alterar el volumen de importaciones sino establecer un sendero de pagos acorde con las buenas prácticas comerciales. El Banco Central estudiará perfeccionamientos de la norma si en el transcurso de las operaciones el sector productivo detecta inconvenientes que no responden al propósito", agregaron.
En el campo señalan que sus importaciones sumadas de agroquímicos, fertilizantes y maquinaria no superan los US$2500 millones al año.
Mientras tanto, según pudo relevar LA NACION, la reactivación de las ventas de fertilizantes, con las características que se mencionó antes, es dispar.
"Estamos despachando sin facturar, esperando que el BCRA corrija la norma esta semana", indicaron en una empresa. "Estamos atendiendo el día al día, casi se normalizó", agregaron en otra compañía. "Seguimos operando normalmente", precisaron en otra firma del sector de fertilizantes.
Los inconvenientes que se dieron en el sector de fertilizantes no se vieron en el caso de agroquímicos, donde no se reportaron problemas. Al respecto, Horacio Busanello, consultor, explicó: "Las empresas de agroquímicos venden generalmente a cosecha mientras que las empresas de fertilizantes venden a plazos mas cortos. Entonces, la posibilidad que el tipo de cambio presente una brecha inferior a la actual el año entrante puede ser un razonamiento válido para las grandes multinacionales de agroquímicos".
"A diferencia de las empresas de fertilizantes, las multinacionales de agroquímicos usan y abusan de la financiación de su casa matriz por lo que pagan las importaciones a plazos que a veces superan los 360 días. Esto hace que no tengan la urgencia o necesidad de utilizar el mercado de Contado Con Liqui (CCL)", agregó.
Según Busanello, muchas empresas de agroquímicos y semillas vienen de pasar por un proceso de compras y fusiones que las obliga a mostrar resultados positivos y frente a eso no están dispuestas a suspender ventas.
"Sin embargo, muchas de esas grandes empresas rechazan o ponen obstáculos a los pagos anticipados de sus distribuidores o productores porque significaría aceptar un menor ingreso de pesos. Es decir, venden a plazo largo y quieren cobrar el año que viene con la esperanza que se devalúe el peso y no quieren aceptar pesos a la cotización actual del dólar", indicó el consultor.
La Nación - Fernando Bertello