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Lunes, 31 Agosto 2020 04:40

Congreso de Aapresid. Spiroplasma: una enfermedad del maíz que se viene incrementando en el norte del país

Por Jorge Bonilla.

En las últimas campañas en la zona productiva del norte se escuchó con más fuerza la palabra “Spiroplasma”. Es una enfermedad del maíz producida por Spiroplasma kunkelii (un organismo tipo bacterias sin pared celular). Usualmente está asociada a virosis como MRFV y HPV. Estas poseen un mismo agente vector, Dalbulus maidis, comúnmente llamada “Chicharrita del maíz”.

Tanto el patógeno como su vector son endémicos de América, presentes desde el sur de USA hasta la zona central de la Argentina. Usualmente presenta niveles de incidencia bajos, pero en las últimas campañas mostró un notable aumento, tal vez favorecido por el incremento del área de maíz en el norte y un mayor uso de híbridos templados.

El patógeno obstruye los vasos del floema, afectando el movimiento de fotoasimilados desde las hojas hacia los puntos de activo crecimiento, raíces y granos en formación, generando trastornos fisiológicos y nutritivos. Estos se traducen en síntomas como las típicas estrías cloróticas en la vaina de las hojas, coloración rojiza de las hojas, acortamiento de entrenudos superiores, múltiples espigas, daño en el sistema radicular y una interrupción del llenado de granos.

La manifestación de los síntomas y su intensidad depende del híbrido y las condiciones ambientales.

Además, estos síntomas son comunes a otras patologías lo cual dificulta el diagnóstico. Por esto, su diagnóstico se comprueba mediante análisis de laboratorio como test ELISA o PCR.

El manejo de la enfermedad debe tener un abordaje integral basado en explotar las debilidades del patógeno y del vector.

Disminuir el nivel de inóculo y el vector: a) Periodo libre de maíz mayor a 90 días; b) Eliminación, a nivel zonal, de plantas de maíz voluntarias; c) Monitoreo del vector; d) Utilizar semillas tratadas con neonicotinoides; e) Evitar siembras escalonadas y f) Control del vector.

Resistencia genética: es fundamental, pero debe ser considerada dentro del manejo integrado. La resistencia tiene dos aspectos: a) Preferencia del vector, lo cual es más efímero ya que el insecto se adapta y b) Resistencia intrínseca del hibrido, siendo ésta más estable pero más difícil de conseguir.

El manejo de la enfermedad requiere un compromiso a nivel regional de todos los actores. En este sentido Pioneer Semilla brinda información a los técnicos de la región y convenios con la universidad. Por otra parte, la compañía aporta a través del programa global de mejoramiento y en particular su estación experimental en Tucumán buscando híbridos resistentes para nuestra región.

El autor es de Agronomía NEA-NOA de Pioneer Argentina.

Rural - Clarín