Para muchos productores, fines de noviembre y diciembre es la mejor época del año. Claro, la danza de los trigos al viento los enamora, emociona e ilusiona. No obstante, esta campaña, para muchas zonas castigadas por un invierno seco y heladas traicioneras, es como si esa danza se hubiera quedado sin música… “algunos siguen bailando, otros ya se fueron a dormir”. Menos rinde, más precio. Esa es la ecuación general de la campaña. Claro, después habrá productores que no perdieron tanto y entonces la remontada de precios desde la siembra hasta ahora (70 dólares por tonelada) los deja muy bien parados y otros que tuvieron tantas pérdidas que ni esa trepada los consuela. Clarín Rural consultó a productores y asesores de diferentes regiones trigueras para conocer de primera mano cómo ha sido el panorama.
Algunos estiman 3 millones de toneladas menos de las proyectadas a la siembra. Otros ya cuentan pérdidas hasta 4 Mt, con una caída de 21 a 17 millones de toneladas recolectadas.
Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) el rinde nacional pasaría de 28,4 quintales por hectárea (qq/ha) a 27,7 qq/ha, por lo que sería el segundo peor rinde nacional de los últimos 10 años. En el ciclo 2012/13, cuando el trigo se hacía con un paquete tecnológico distinto, el rinde fue de 27 qq/ha.
Una de las más afectadas es la provincia de Córdoba. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBS), Córdoba tiene un rinde regional un 38% por debajo del promedio para el último quinquenio, y 5 qq/ha por debajo del ciclo previo. La BCR estimó una producción de 4 Mt y un rinde de 27,2 qq/ha, con las peores marcas de las últimas dos décadas: los rindes son casi la mitad (15,2 qq/ha). La producción provincial caería un 62% respecto de la campaña pasada.
Como panorama del Departamento de Marcos Juárez, de las mejoras zonas de Córdoba, el asesor José Luis Zorzín contó que un signo de la campaña fue la variabilidad. “Tenés de todo, zonas con 8-10 qq/ha y otras de 55 qq/ha, pero el promedio debe haber andado en los 30-35 qq/ha”, apuntó. Vale recordar que habitualmente la media de la zona es 42-43 qq/ha con años muy buenos en los que se puede llegar a picos de 60 qq/ha.
Claro que esta campaña se dio que no llovió casi en 4 meses. Tampoco es que se espera mucha agua durante el invierno, el trigo se juega con el agua del perfil más unos 30 a 50 mm de mayo a agosto que ayudan al macollaje, a que se incorpore la urea y a pasarla mejor frente a las heladas.
“Si tenés más agua y estás bien desde lo nutricional estás más protegido frente a las heladas, también juega su partido el manejo sanitario con algo de roya estriada al inicio en variedades susceptibles y roya anaranjada al final que si no se trató golpeó, pero este año, con la seca, no hubo complicaciones sanitarias”, contó Zorzín.
Para el asesor, una de las claves del trigo es planificar, y eso se notó. “El que ya sabe que el año que viene va a hacer trigo sabe que tiene que cosechar temprano el maíz para que se degrade la chala, compra sus variedades en marzo y se asegura la genética, al igual que el fertilizante”, advirtió.
Santa Fe
En Santa Fe, también se sintió el contraste con la campaña pasada en la que hubo siembra y cosecha récord: 36 qq/ha promedio y un volumen inédito de 4 Mt. La taba se dio vuelta en 2020/21 y con el 60% cosechado, según la BCR el rinde no es el peor de la década —21 qq/ha en la 2013/14— pero anda cerca con 21,5 qq/ha.
“Siembra y arranque fueron buenos, con perfiles cargados, todo se desarrollaba sin inconvenientes, no obstante, ya había un recorte de superficie del 10-12%”, recordó el Luis Negruchi, productor y asesor en el sur santafesino con base en Venado Tuerto. Y agregó: “Nosotros también esperamos esos 30-50 mm del invierno, pero nunca llegaron, hubo lugares en los que no llovió casi una gota en todos esos primeros meses, lo que nos complicó con las heladas, muchos trigos no macollaron”. Recién algunas lluvias a fines de octubre mejoraron algo el panorama.
Una salvedad. Tomando Venado Tuerto como eje, trazando una línea imaginaria de norte a sur, de esa línea hacia el este (Villa Cañas, Teodelina, San Gregorio) hubo rendimientos dispares entre lotes (10 a 45 qq/ha) y dentro incluso de los lotes. Ahora bien, de esa línea al oeste (Arias, Alejo Ledesma, Canals -ya en Córdoba-) ahí no llovió casi nada. “Hay 30 km de distancia, pero la diferencia se hizo notar en rindes”, reconoció Negruchi.
En las zonas buenas (al este) el promedio fue de 40-50 qq/ha con picos de hasta 65-70 qq/ha, pero en general la zona (sur de Santa Fe, sur de Córdoba), anduvo en los 34 qq/ha promedio, algo debajo de los 40 de media de los últimos años.
“La evolución dispar de los cultivos complicó también la cosecha, hubo que usar desecantes porque en algunas partes estaba verde y en otras ya entregado aún dentro de un mismo lote”, contó Negruchi. La frutilla del postre fue a cosecha el paro de los portuarios que afectó la logística. “Al haber menos kilos pensábamos que iba a estar todo tranquilo, con una oferta y demanda de camiones equilibrada, pero esto lo complicó y hubo que usar acopios y silobolsa”, marcó el productor y asesor santafesino.
Buenos Aires, buenos aires
Mientras la mayoría de los productores brinda cada año ya con el trigo cosechado, los del sudeste bonaerense brindan, se comen un corderito al asador, pero relojean los últimos días del cereal antes de arrancar la cosecha, pasadas las fiestas.
Bellamar Estancias es referente en la producción de trigo en el sur bonaerense (aunque también siembran algunas hectáreas en Villa María). El gerente de agricultura de la empresa, Martín Lahitte, contó que la siembra se dio bien casi todo en fecha, salvo los grupos intermedios que por las lluvias tuvieron que frenar y los cortos que se sembraron en el barro, “pero se cumplió con lo propuesto”.
Después, y hasta ahora, la campaña se dio bien. “Una isla respecto de cómo se dio en el resto del país, aunque ahora nos emparejamos, porque ya falta un poco de agua para lo que viene”, contó Lahitte. Al final, cuando se cortó el agua apareció algo de pulgón, y algo de isoca. Hubo que controlar y gastar, pero se manejó.
“No va a ser una campaña espectacular por acá, pero tampoco un fracaso, si miramos lo que pasó en el resto del país”, resumió Lahitte. Y lo puso en números: “La cebada rindió 10-15% por encima de los presupuestos del ultimo quinqueño y el trigo está en los promedios o un poco arriba”.
Como concepto general, Lahitte apuntó que uno de los cambios interesantes de las últimas campañas es que “nos estamos animando a fertilizar más fuerte para tener rindes más altos, le ponemos más plata y el cultivo sigue devolviendo, a veces nos da vértigo, porque suben mucho los costos, pero para nosotros es un cultivo importantísimo acá”.
Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en el NOA se sembraron 406.000 hectáreas con 81.000 ha perdidas, un rinde promedio de 7,2 qq/ha y una producción de 234.000 toneladas. En el “barrio” contiguo, el NEA se sembraron 365.000 ha, se perdieron 76.600 ha y se cosecharon 244.500 toneladas (8,5 qq/ha promedio de rinde).
¿Y el bolsillo?
“A mediados de mayo, cuando se estaba definiendo la siembra, el trigo posición enero valía 160 dólares por tonelada (USD/ton), hoy cotiza 228 dólares, un incremento de 70 dólares en siete meses y el mayor valor en los últimos siete años”, cuantificó a Clarín Rural el licenciado en economía y analista de granos, Iván Barbero.
Hasta ahora (días antes de la publicación de esta nota) se habían comercializado apenas 6,8 Mt, cuando hace un año ya se había vendido casi el doble, 13,7 Mt. “Ese bajo nivel de comercialización generó que los pases en el mercado se achiquen bruscamente, entonces, del trigo enero al trigo julio hay sólo un pase de 2,5 dólares, lo que implica una tasa anualizada del 2,2%, o sea, prácticamente nada”, advirtió Barbero. Y agregó: “En otras palabras, el mercado no premia que te quedes con el trigo, la demanda te está diciendo que lo vendas ahora”.
Para poner en contexto, Barbero apuntó que, a comienzos de junio, cuando se estaba sembrando, el diferencial enero 2021-julio 2021 pagaba una tasa del 18%. Incluso.
El otro tema interesante es la relación contra Chicago ajustado por retenciones. “Hoy estamos 13 puntos por encima de Chicago, mientras que el promedio histórico es que estemos 1% por debajo, hoy un productor argentino recibe 13 puntos más que un farmer”, dijo.
“Aún así algunos no quieren vender porque creen que va a seguir subiendo. Y es cierto que hay fundamentals de sobra para que sigan firme los precios, pero no sé si va a subir, yo le recomiendo a aquel que no quiera vender ahora todo que compre un PUT, para estar cubierto a marzo o julio”.
Para Zorzín, de los 40-42 qq/ha que se esperaban en la zona que terminaron en 30 significan un 25% menos de rinde pero esa merma tuvo su compensación con el precio que lo hicieron 165-170 a la siembra y se cosechó con más de 200. “Parte de la caída de rinde se compensó, pero también es verdad que muchos (N de la R: los que hicieron bien los deberes) ya se habían calzado con 15-20 qq/ha a 165-170 dólares por tonelada, entonces si tuviste un rinde de 30 qq/ha pudiste vender 10 solamente a 200 dólares o más”, advirtió.
“Nosotros no vendemos todo a cosecha, vamos haciendo ventas a medida que aparecen bueno precios, nos calzamos, por eso, si bien estos aumentos son muy buenos, no es que los vamos a agarrar de lleno con todo lo que cosechemos”, contó Lahitte. Aunque dejó en firme: “A diferencia de otros años, en este, el trigo nos va a dar una alegría acá”.
Según Negruchi, “el resultado termina siendo un poquito mejor de lo que se pensaba en septiembre cuando no caía ni una gota, el aumento de precio ayudó a que no sea una campaña catastrófica, pero a algunos los dejó golpeados”. Negruchi se anima saltar el verano y mirar la próxima campaña con los datos que tiene a mano: “El verano no pinta que vaya a dejar mucha agua en el perfil, por eso, no sé cómo vamos a quedar a la salida de la gruesa, ojo, el precio que ofrecen hoy de 200 dólares es tentador, pero después hay que cosecharlo”.
“Hay que recordar de dónde venimos, pensando en un escenario más optimista de 21 Mt a la siembra hoy tenés, en números redondos 4 Mt menos, esto es 20% menos de producción general y por otro lado, el salto en los precios pasaron de 160 a 230 dólares por toneladas, esto es una suba de 43%”, cuantificó Barbero. Y agregó: “Por supuesto, esto es muy genérico heterogéneo, hubo algunos productores que no perdieron rinde, otros que perdieron más del 40%”.
Rural – Clarín – Juan I. Martínez Dodda