De acuerdo al último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las lluvias de los primeros 6 días de enero solo alcanzaron con más de 30 milímetros (mm) al sur de Córdoba. Esa es la única zona del área núcleo que se muestra con reservas adecuadas. El resto sigue desecándose y el 65% del área está con el mayor grado de sequía. Se trata de gran parte del centro y sur santafesino, oeste cordobés y norte bonaerense. Allí, hay 400.000 ha que están en condiciones de regulares a malas, un 30% del maíz temprano implantado en la región. En este momento, el 75% del área está en las primeras etapas de llenado de grano, el 23% en floración y el resto en panojado.
Más allá de las enormes diferencias que hay entre lotes por suelos, fertilización, fechas de siembra y los milímetros extra que algunas zonas han recibido, los técnicos coinciden en señalar que el problema es el llenado. El agua alcanzó para sostener una buena floración pero ahora los suelos no tienen más reservas en las áreas afectadas por la sequía. “Los maíces están bien granados, con lindos tamaños de espiga, pero con serios problemas de llenado. Hace 10 días empezaron a removilizar nitrógeno desde las primeras 3 o 4 hojas que ahora están secas. En otros cuadros sembrados más tarde, los granos están recién cuajados y están mucho más complicados”. Todos coinciden en que las lluvias de la próxima semana serán cruciales para el cultivo.
¿Cómo está el maíz en las distintas zonas?
Según el reporte de GEA. en el centro sur de Santa Fe, hay un área privilegiada que rodea a Carlos Pellegrini, El Trébol, y Classon. Allí, los cultivos están sin signos de estrés y se estiman rindes normales. Hacia Cañada de Gómez “las reservas para el llenado son de muy justas a escasas en todos los lotes” y necesitan cerca de 100 mm para no perder potencial. En cambio hay áreas como Cañada Rosquín en que señalan que “es increíble la variación de expectativa de rinde que tuvo el maíz en tan pocos días. En lotes de inferior calidad de suelo y/o manejo se ven maíces manchoneados y con pocas posibilidades de revertir la situación”.
En Pergamino, el panorama del cultivo es muy complicado: “el cultivo está severamente dañado. Estimamos rendimientos de 50 a 60 qq/ha como piso y alrededor de 80 qq/ha en los mejores casos y si llueve de aquí a una semana”, alertan. En Córdoba, áreas de excelente rindes maiceros y con influencia de aguas de napas, como Corral de Bustos, dicen que el maíz “ya está recortando rendimiento. En los mejores lotes, donde se esperaba 130 qq/ha al inicio, no se descarta una caída del 20% y será más si esta situación de escasez se acentúa”.
La soja de primera lucha por cerrar el surco
“Petisita y a 35 (cm) no cierra el entresurco”, empieza a escucharse decir a los técnicos. Limitada en su crecimiento, la soja también necesita el regreso de las lluvias. La soja de temprana en la región núcleo se encuentra entre finales de la etapa vegetativa y comienzos de floración. En esta parte del ciclo se busca que el cultivo cierre el surco para aprovechar toda la radiación solar. Pero las lluvias no llegan y el agua almacenada no alcanza.
Los ingenieros alertan que por sectores la oleaginosa comienza a mostrar síntomas de estrés termo-hídrico como achaparramiento y perdida de hojas. Entre 10 a 20 días, según zona, la soja ingresa en el periodo de definición de rendimiento y si no hay lluvias importantes en los próximos 10 días, el rendimiento potencial se verá comprometido. En sojas de segunda, empiezan a observarse lotes regulares a malas condiciones por la falta de agua: “hay lotes comprometidos por la pérdida de plantas”, comentan en General Pinto.
BCR News