“En un tiempo lejano, van a quedar trabajando solamente los feedlots que sean amigables con el medio ambiente”. Esta frase resume y explica la visión de Cecilio de Souza, quien es licenciado en Economía Agropecuaria y maneja una pyme familiar en la localidad bonaerense de Coronel Suárez. Cecilio decidió cerrar el círculo de producción ganadero-agrícola. Con esta impronta, está invirtiendo en un feedlot estabulado con piso de hormigón y techo y a su vez sumará dos biodigestores que serán alimentados con el estiércol de los animales para inyectar energía eléctrica a la red, demandando una inversión de 3 millones de dólares.
La pyme familiar “Agro de Souza S.A” dio sus primeros pasos en 1973, cuando el padre y tío de Cecilio comenzaron con la venta de maquinaria agrícola, trabajando con varias marcas y hoy tienen la representación de Case IH, entre otras. A esta actividad, le agregaron en 1990 la producción ganadera pero a baja escala y fueron sumando hectáreas agrícolas.
Cecilio se incorporó y tomó las riendas de la empresa familiar en 2002, luego de trabajar en varias compañías, dándole el despegue que necesitaba la pyme para agrandarse.
Al negocio de la ganadería ingresaron con 20 cabezas y actualmente engordan entre 1.500 a 1.800 animales. Compran la invernada (70% machos) y los comercializan como gordo al mercado interno. Alos machos los venden en 400 kilos/410 kilos y a las vaquillonas, en 360 kilos.
Asimismo, en el mismo año que Cecilio ingresó a la compañía, se hicieron de la representación de la consignataria de hacienda Monasterio Tattersall.
Además, fueron sumando área agrícola para producir los alimento de los animales que engordan basándose en la producción de maíz y cebada. Según relató, el cereal de invierno ingresa muy bien como grano o silo en la dieta de los vacunos. También siembran algunas hectáreas de soja y el año pasado se animaron a la arveja. Cuentan con dos pivots de 60 hectáreas cada uno.
“Soy reacio a vender granos, prefiero venderlos convertidos en carne”, se definió.
El crecimiento de la pyme fue muy notoria en los últimos años. Hoy trabajan alrededor de 400 hectáreas y de 6 empleados que había en 2002 pasaron a 25. Y en el campo, con el nuevo proyecto, la proyección es de incorporar 4 personas más.
“Potenciamos el negocio de la maquinaria con canjes tanto de grano como de hacienda. Nos dinamiza muchos los negocios. Todo lo que canjeamos, va directo al campo”, comunicó parte de la estrategia productiva.
Pero el proyecto que cierra el círculo de producción es el que se inició por estos días. Al estar limitados en el crecimiento porque el feedlot está muy cerca al pueblo de Coronel Suárez, decidieron buscar otro campo.“Pensamos en que si hacemos algo nuevo, por qué no agregamos algo. Y ahí empezamos a pensar en el biogás como primera medida”, dijo Cecilio.
En este sentido, previo a que se decidan a invertir, visitaron muchos proyectos de colegas que ya estaban metidos en el tema. Uno de ellos fue el de Luis Urdangarín, en Carlos Tejedor. También visitaron el emprendimiento de Antonio Riccillo situado en Saladillo. Y la gira incluyó además a la empresa Adecoagro y el Grupo Tigombú que tienen proyectos similares en tambos en Santa Fe.
“Es una pyme muy chica que no tenemos capacidad financiera. La traba que tuve siempre fue esa. Pero no le saqué el cuerpo”, dijo sacando pecho mientras charlaba con Clarín Rural.
El proyecto consta de 3 corrales de 140 metros por 20 metros con piso de hormigón para una capacidad de 1.000 cabezas cada uno. “Da para agregar más de cabezas pero por el momento lo pensamos para un total de 3.000 cabezas en total”, dijo.
En el año el objetivo es hacer 3 zafras para alcanzar un total de 9.000 animales, incluyendo hotelería.
Remarcó que el piso de hormigón principalmente sirve para poder recolectar la bosta de los animales para alimentar a los dos biodigestores que tendrá en funcionamiento.
“Muchos me dijeron que los animales no aguantan cuatro meses en el piso de hormigón. Lo queremos comprobar”, sostuvo.
Luego, estudiaron la alternativa de agregar el techo y cerrar el feedlot. Por lo que en un primer momento el emprendimiento comenzará a funcionar a cielo abierto, pero la obra finalizará en un año y medio cerrando cada nave.
“El techo le da confort a la vaca, atenúa la temperatura tanto mínimas como máximas y mejora la calidad de la bosta al no perder la humedad y se junta más fácil que cuando está a la intemperie”, remarcó Cecilio los motivos de invertir en el techo.
En esta línea, informó que la idea en un futuro es colocar aspersores para que el estiércol esté más humedecido y se pueda limpiar más fácil.
Sin embargo, señaló como un punto en contra del techo es que hay más desarrollo de enfermedades en los animales y se propaga más rápidamente. “Hay que tener los recaudos necesarios, como es la ventilación suficiente para limpiar el aire. Aquí en nuestra zona el clima ayuda porque casi todos los días hay viento”, agregó.
Precisamente, hizo hincapié también en tener más cuidados en el estado sanitario con vacunas preventivas.
El proyecto engloba la compra de dos biodigestores que funcionarán a partir de residuos de los animales y de biomasa. “Vamos a traer también camas de aves ponedoras y estamos hablando para traer panzas de los frigoríficos. Vamos a hablar con la gente que genera materia verde para tratar de incorporar todo”, señaló remarcando que el silo tiene un alto valor por lo que el objetivo es reemplazarlo con desechos de otras industrias.
Así, generarán energía eléctrica que será inyectada a la red nacional luego de haber ganado la licitación en el Plan Renovar 3 en 2019. En total, introducirán a la red 0,5 MW que alcanza para el consumo de 2.000 habitantes aproximadamente.
De todas maneras, presentarse en esta iniciativa no fue nada fácil. “No es ilógico lo que piden pero la gente que lo pide, lamentablemente, está en su oficina y nunca estuvieron en el campo”, haciendo foco en que le pidieron hasta un análisis de aire.
“La inversión de todo el proyecto es de 3 millones de dólares. Financiamos algo más de un millón con el banco Nación, pero hubo muchas vueltas. Quedó muy resentido el banco luego del caso Vicentin”, explicó.
En el mismo campo donde estará el proyecto de biogás tienen el equipo de riego lo que también será útil para esparcir el biofertilizante que queda en las piletas de decantación una vez que separan el material líquido con el sólido, lo que los ayudará a ahorrar en la compra de fertilizantes químicos.
Para cerrar, Cecilio hizo un análisis de por qué decidió invertir en la Argentina en un contexto de incertidumbre política y económica.
“Es una utopía pero si no empezamos desde la bases de pensar de esta manera, de forma disruptiva, de querer cambiar y salir del confort en el mediano y largo plazo, no vamos a sacar el país adelante”, culminó.
Feedlot y venta de maquinaria agrícola, con escenarios distintos
Al 1 de marzo, la ocupación en los engordes a corral fue del 50%, llegando al séptimo mes consecutivo con descenso de ocupación. Esta cifra es la más baja de los últimos ocho años para el mismo mes y seis puntos por debajo del promedio de los últimos cuatro años, según publicó el último informe de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF).
Durante el mes de febrero se redujo la cantidad de empresas en situación de llenado, como así también de aquellas que aún en situación de vaciado presentaban ingresos.
Desde inicios de la zafra pasada, los engordes enfrentan una combinación de variables desfavorables. Los costos de alimentación, con una incidencia del valor del maíz cercana al 60% y las fuentes de proteína, ligadas al valor de la soja, no han dejado de incrementarse desde la suba de los precios internacionales, llevando casi a duplicarse en un año el costo del alimento.
La otra variable de impacto es el valor del ternero de invernada, que ha tomado precios excelentes para los planteos de cría, pero no ligados a una correlación con el valor del gordo. Según la CAF, este factor genera la imposibilidad de muchos actores de acceder a otros bienes o monedas como reserva de valor de capital, a la espera de una recomposición de los valores de la hacienda. En el mes de noviembre, el gordo mostró una recuperación, sin embargo, los costos mencionados continuaron con una tendencia en alza.
“El negocio del feedlot está justo, hoy estamos mejores que hace un tiempo atrás”, describió Cecilio de Souza. “Si el productor no maneja una de las variables que hay en el negocio del feedlot, es inviable. Hay que producir el ternero o el grano. Si tienes que comprar todo, las cuentas no cierran”, alertó.
En este sentido, remarcó que es un negocio que hay que mirar a mediano y largo plazo.
Con respecto a la venta de maquinaria agrícola, el 2020 fue muy complicado, con la pandemia del coronavirus en el medio, por los problemas de importación y la falta de oferta de productos.
“Todo lo que es industria nacional se vendió bien, con plazos de entrega muy largos. Compras de 2020 recién se están entregando ahora”, explicó.
Mientras que el segmento de maquinaria importada fue más complejo, y este año está más complicado todavía con mayor escasez de oferta”, expresó.
Rural – Clarín – Esteban Fuentes