Sembrar una hectárea de maíz o de soja en la nueva campaña en Córdoba será más cara que en el ciclo anterior y es probable que ofrezca una menor rentabilidad. La disminución en los precios de ambos granos, respecto a la cosecha pasada, es la principal razón por la cual la foto previa a la siembra de los dos granos gruesos en la provincia muestra números ajustados. Una hectárea de maíz tardío en el territorio provincial tendrá un costo directo de 510 dólares por hectárea, lo que representa un aumento de 16 por ciento en relación al ciclo anterior, cuando el valor fue 440 dólares la hectárea, de acuerdo con las cifras elaboradas por la Bolsa de Cereales de Córdoba.
Si se tiene en cuenta el rendimiento promedio para el cultivo tardío en Córdoba (78 quintales por hectárea), 10 quintales menos (11,3 por ciento inferior) al aportado por el cereal sembrado a partir de diciembre del año pasado, la rentabilidad también se ve afectada.
A tal punto que la imagen de hoy refleja una renta sobre el capital invertido del uno por ciento, muy por debajo del 32 por ciento que aportó el cereal en la campaña pasada.
“Los precios del maíz para la nueva campaña son inferiores a los del año pasado, pero eso no significa que sean malos; todo lo contrario”, aclara Gonzalo Augusto, economista Jefe de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA).
Para el cálculo de la rentabilidad, se partió de la base de un precio a cosecha para el maíz de la nueva campaña de 175 dólares la tonelada, 7,40 por ciento menos que los 189 dólares que cotizó el grano en el ciclo 2020/2021.
Los números de la agricultura en Córdoba
El resultado económico, que es la cantidad de ingresos que tiene el productor por hectárea descontados los costos directos de producción, los gastos comerciales y el costo de la tierra (en el caso de los dueños de la tierra se toma como un costo de oportunidad), también es menor para la soja y el maíz respecto a la campaña pasada.
“Son más bajos porque se toman rendimientos promedios que se proyectan como normales, a diferencia de la campaña anterior donde a pesar de La Niña fueron muy buenos; además de tener precios que también son más bajo para la próxima campaña, es especial soja”, agrega Augusto, para quien el clima es el mayor interrogante.
“De acuerdo con los modelos meteorológicos, hay un 70 por ciento de probabilidades de que vuelva a ser un año Niña; pero el año pasado se produjo el mismo fenómeno y la campaña fue muy buena, a tal punto que el maíz tuvo la segunda mejor campaña”, observa el economista de la BCCBA.
La foto actual
Para las cuatro secuencias de cultivos –soja de primera, trigo/soja de segunda, maíz temprano y maíz tardío– en la provincia de Córdoba, los números de la entidad bursátil muestran que el maíz temprano es el que mejor rentabilidad proyecta: 20 por ciento.
Al cereal lo siguen la rotación trigo/soja también con el mismo porcentaje, la soja de primera, con el cinco por ciento; y el maíz tardío con el uno por ciento.
En la previa a la siembra, para Pablo Solfanelli, responsable del equipo técnico del Grupo Río Seco, la cotización que muestra el maíz es una de las mejores de la serie.
“Si bien los precios son inferiores a los muy buenos que tuvimos en la cosecha pasada, no recuerdo muchas campañas haber entrado a la siembra con un precio de alrededor de 180 dólares”, reconoce.
Por ahora, la ecuación para el maíz muestra que los costos de producción han crecido, por la incidencia de los herbicidas, fertilizantes (en especial la urea) y también del alquiler. “Lo que no sabemos cómo va a impactar es la inflación en dólares, que va a tener efecto sobre las labores; ahí va a incidir cómo se mueva el tipo de cambio y la inflación en pesos. Si el índice de precios en pesos llega a ser mayor a la actualización del tipo de cambio, vamos a tener un alza de costos en dólares”, admitió el asesor técnico, para quien la relación insumo-producto del cereal sigue siendo positiva.
En este escenario, para Solfanelli el maíz va a conserva en el centro y norte de Córdoba la participación de la rotación de las últimas campañas, que se reparte en partes iguales con la soja (50 por ciento).
“Puede haber algún productor que venía algo más atrasado en la proporción de la rotación, que no son muchos, y decida ahora aumentarla hasta llegar al 50 por ciento, pero de ninguna manera el que está en ese nivel la va a bajar”, sostiene el asesor del grupo de empresas agropecuarias que siembra en la zona alrededor de 27 mil hectáreas de maíz.
Sobre las fechas de implantación, la región ratificará una vez más la estrategia de los últimos 15 años: sembrar el maíz en fechas tardías.
“Puede haber algunos ambientes, en pie de sierra y que con el aporte de lluvias, que se puedan sembrar en la primera quincena de noviembre. Pero serán puntuales. El resto irá posterior a esa fecha”, asegura.
La soja, la otra socia en partes iguales de la rotación de verano en el centro y norte cordobés, tiene números más finos que el maíz; no obstante, a pesar de ello, mantendrá su participación histórica. “Subieron los costos, por incidencia del herbicida y también las labores”, destaca Solfanelli.
En la zona núcleo de la provincia, para Santiago Lorenzatti y Martín Sánchez, titulares de Okandu, una empresa de servicios agronómicos y de asesoramiento en el sudeste de Córdoba, la soja tampoco muestra resultados muy alentadores es términos económicos. “Ajustando la estrategia de manejo podemos aspirar a rentas positivas, aunque menores a las del maíz, y con algo más de riesgo productivo en año Niña al menos en las condiciones de zona núcleo”, aclaran los asesores.
A pesar de tener menores márgenes que en la campaña anterior, Lorenzatti y Sánchez sostienen que desde el punto de vista del negocio, el maíz sigue siendo interesante para los planteos productivos en el sudeste de Córdoba.
Si bien, en términos generales, la relación insumo-producto se vio deteriorada por aumento de varios insumos, principalmente los fertilizantes que son clave dentro del paquete tecnológico del cereal, la precampaña dio momentos para hacer buenos números.
“Hubo momentos o ‘ventanas temporales’ en la que la relación insumo-producto (por menor precio de los fertilizantes) fue más favorable, lo que permitió presupuestar mejores márgenes. Quien logró posicionarse en insumos de manera temprana puedo capturar esa mejora en el negocio potencial (por menores costos). La habilidad para comprar insumos y la forma de financiarse también es un aspecto clave para encarar la actual campaña”, observaron los socios de Okandu.
El maíz tardío, una opción también en la zona núcleo
La campaña 2021/2022 presenta un escenario desafiante, por la alta probabilidad de un fenómeno “La Niña”, caracterizado por una menor oferta hídrica, con alta probabilidad de que el cultivo transite por períodos de sequía y estrés térmico.
Desde la consultora Okandu, con influencia en el sudeste de Córdoba, aconsejan repartir entre fechas tempranas (en lo mejores lotes y con presencia de napa) y fechas tardías (ambientes con mayor riesgo hídrico) la siembra de maíz. Para Santiago Lorenzatti y Martín Sánchez, esta estrategia permitirá bajar los riesgos productivos y apuntar a rendimientos medios aceptables; lo cual resulta clave para la viabilidad de la empresa.
En siembras de diciembre, el cultivo logra sortear los meses de menores lluvias por efecto de la Niña y, si bien tendrá menor radicación solar, su potencial podría superar los 10 mil kilos por hectárea.
Agrovoz – La Voz del Interior – Alejandro R