“Para el año que viene, las perspectivas para los productores de commodities agrícolas son buenas”. La observación pertenece al economista, experto en inversiones extranjeras, Diego Ferro, que anticipó –a partir de los primeros meses del año que viene- un rebote en forma de V de la economía mundial. El análisis, compartido con el equipo de economía agraria de la consultora AZ Group anticipa el arribo a una situación a la que se vivía anterior a la pandemia y, al mismo tiempo, reconoce que el comercio internacional retomará los niveles históricos, con un dólar debilitado por el aumento del déficit fiscal y de cuenta corriente en Estados Unidos.
Según Ferro, estos factores jugarán a favor del precio de los granos y sus derivados. Al mismo tiempo, consideró que el dólar podría caer hasta una relación de 1.30, 1.40 -contra el euro- si la inflación aumenta en Estados Unidos debido a la política monetaria que puso en práctica durante la pandemia.
Por su parte, varios referentes de AZ Group, cotejaron que en el mediano plazo pueden darse situaciones complejas que van hacia una reducción de la globalización y una pérdida de fuerza de los organismos multilaterales.
“Se van a privilegiar los bloques regionales. Similares al acuerdo de China con 14 países vecinos, firmado recientemente”, dijo Diego Ferro ejemplificando cómo será el contexto de negocios, en áreas de influencia cercana.
Está claro que el nuevo mundo, ya no va a optar producir o fabricar en los países o regiones más baratas, sino que el análisis pasará por redistribuir las cadenas de producción con alianzas regionales.
Para el 2021, el conflicto entre Estados Unidos y China seguirá siendo una cuestión estructural. “Hay una competencia por la hegemonía geopolítica y la tecnología, que rompe el liderazgo que Estados Unidos viene teniendo hace más de 60 años. Ahora vamos a una situación de bipolaridad”, admitió el economista.
Es complejo, si se interpreta que Europa y Japón que exportan bienes a ambos países, deberán decidir hacia qué lado se arriman en este marco de disputa o guerra comercial contínua. Mucho más, para los países emergentes que enfrentarán una gran dependencia de los desarrollados.
“Si a Estados Unidos le va bien, a México le pasará lo mismo. Si China crece, también crecerán sus importaciones de commodities y eso impactará positivamente en países emergentes como Brasil, Argentina o Chile”, enfatizó Ferro.
El año de China
Sin dudar y anticipándose a lo que viene, el cierre del 2020 ha sido para China un año de grandes distorsiones y definiciones.
Junto a otros 14 países, acaba de formalizar el mayor acuerdo comercial del mundo, impulsado por la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), que promete movilizar el 30 % del PBI del mundo.
El nuevo bloque nuclea a 2,100 millones de consumidores, distribuidos entre países del continente Asiático y también de Oceanía.
El avance, podría ser mucho más amplio, si a mediados del 2021 la India decide incorporarse al lugar que quedó abierto, ya que esta nación planteó un principio de dudas frente a la preocupación por el ingreso de bienes baratos chinos que podrían inundar su mercado.
El éxito de las negociaciones, se aceleró en el marco de la pandemia como una futura protección o escudo regional, después de más de 8 años de preparación e intercambio.
De a poco, Asia consolida su influencia en detrimento de EEUU, y muestra un pacto que abre nuevos mercados a las exportaciones, en momentos de incertidumbre sobre la marcha de la economía global.
Agroclave – La Capital (Rosario) – Leonardo Stringaro