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Lunes, 27 Abril 2020 13:19

Coronavirus: seis estrategias para el abastecimiento de insumos agrícolas

Por Mauro Sperperato y Luis Mogni

Transitamos un contexto de anormalidad más allá de lo que pudiéramos imaginar y, a pesar de eso, en muchas áreas seguimos pensando como que cualquier día de estos todo volverá a ser como era, porque según los neurocientistas nuestro cerebro tiende a pensar que los sistemas se reestablecen según lo que tienen aprendido.

Los tiempos de procesos en la cuarentena y, seguramente, también ocurrirá post cuarentena se verán alterados de manera tal que necesitamos recalcular muchas de las premisas y los plazos que nos permitían tomar decisiones hasta ahora.

La disponibilidad de los productos relacionada a una cadena de abastecimiento aceitada y predecible no será igual y requiere modificar algunas formas de operar para minimizar los riesgos de abastecimiento y logística que surgen a partir del impacto del Covid-19.

Solo entender que el abastecimiento del agro respecto a productos terminados e Ingredientes activos que tienen en su mayoría su fuente de origen en cuatro regiones fuertemente afectadas por el Covid 19 (China/India; Europa; Estados Unidos y Brasil) genera una incertidumbre de abastecimiento no menor.

La incertidumbre es la contracara del sincronismo, concepto fundamental de la logística. Es importante entender para las empresas, productores o comercializadores en la Argentina que aunque las plantas de producción se reactiven en China, queda un tramo largo de logística multimodal para llegar al campo y poder contar con los productos o principios activos necesarios para controlar una plaga, erradicar una maleza o promover la nutrición vegetal.

Como sabemos la naturaleza no espera, tiene sus ventanas de tiempo, para sembrar, para aplicar tecnología y para cosechar, no hay mucho margen posible, considerando las variables que ya no manejábamos como el clima y los impactos de las decisiones económicas, creemos que sí podemos actuar en la toma de decisiones de nuestra cadena de abastecimiento.

Una de las tareas más relevantes de la logística es planificar, es tomar decisiones hoy para que en el momento necesario se pueda aplicar el producto que proteja mi cultivo.

Esas decisiones, en realidad cadena de decisiones, se basa en parámetros y variables que hoy se encuentran totalmente distorsionadas y con una lógica diferente.

En función de esto creemos que es fundamental profundizar algunos aspectos claves, tales como:

  1. Planificar en base a escenarios. Trabajar sobre hipótesis de diferentes probabilidades de ocurrencia de los impactos de covid-19 en la producción, el traslado de mercaderías, los cierres de fronteras. Trabajando en equipo, tomando decisiones colectivamente con el apoyo de expertos en las distintas áreas de impacto incluyendo a los usuarios de nuestra tecnología.
  2. Anticipar la toma de decisiones. Es claro que los tiempos de logística, los lead time usuales, se extenderán considerablemente por problemas relacionados al movimiento mismo de mercaderías, así como a las dificultades administrativas y burocráticas de los puertos, aduanas, organismos de control sanitario y económico en los distintos puntos de la cadena logística.
  3. Segmentar las órdenes de compra en pedidos más pequeños y traerlos en embarques separados que reduzcan el riesgo de desabastecimiento debido a que alguno de ellos quede detenido en algún puerto, ya que no contamos con el plan B a través de la vía área, opción que no está habilitada.
  4. Revisar el camino logístico, evitar puertos en zonas de alto riesgo por ejemplo Santos en Brasil, reducir la consolidación y los redespachos, aunque el costo pueda ser mayor; pero será el costo de la seguridad de abastecer los mercados. Y no hay peor costo que perder la venta y el satisfacer al usuario.
  5. Construir stocks de seguridad, tan cerca del usuario como sea posible. En depósitos certificados, en lugares donde nuestra capacidad de disponer de los mismos sea tan sencilla como podamos.
  6. Mantener comunicación fluida con actores de la cadena para saber qué está pasando en el día a día, cuáles son las proyecciones futuras y poder así reaccionar a tiempo a las variaciones que podamos estimar.

Puedo decidir anticiparme en comprar productos activos, pero nadie me puede asegurar que el chofer que lo lleva al puerto en origen no pueda llegar por bloqueos por cuarentena en el camino, y si o logra quizás el puerto de origen o destino puede estar bloqueado en el momento de carga/descarga, o el puerto tenga menor productividad por estar bloqueado con una cantidad inusual de contenedores inmovilizados (llenos y principalmente vacíos) o, peor aún, el buque quede confinado por contagio de covid 19.

También está afectado el volumen de comercio internacional, que baja el tamaño de los buques por la caída de volumen, y probablemente en poco tiempo afecte también la frecuencia de arribo de buques, poniendo menor disponibilidad de bodega y agregando tiempo a los envíos.

Lo mismo ocurre a nivel doméstico, el menor movimiento de flujos de carga, la limitación de algunos rubros atenta con la vuelta redonda de los camiones. En algunos casos habrá que pagar un flete mucho más alto asumiendo el retorno vacío o elegir en esperar más de lo habitual para encontrar una carga.

Claramente, todos estos cambios operativos afectan comercialmente. La volatilidad de precios para arriba y para abajo es inédita, solo como ejemplo está el caso del petróleo, que llega a cotizar un valor en negativo un día y al siguiente vuelve a ser positivo, pero aún bajo.

Parece que hemos entrado en un nuevo mundo, en el que nadie conoce el futuro, pero lo podemos estimar asignando probabilidades a cada decisión que nos sea requerida y claramente a requerir de toda nuestra inteligencia y nuestra capacidad colectiva para lograr un abastecimiento exitoso.

Los autores integran Synapsis y Somera SAS

La Nación