Agro Premiun S.R.L.

ANALISIS DE PRODUCTOS

Mejoras ambientales en la tierra y el aire. Mayores rendimientos… Semejantes objetivos, transformados en realidades medibles, con datos concretos y perdurables en el tiempo, es lo que está logrando la Agricultura Siempre Verde (ASV), el nuevo lema productivo de la Asociación Argentina de Siembra Directa (Aapresid). Con la intensificación a través de “plantas vivas todo el año”, por la integración de producción de granos con “cultivos de servicio” que no tienen otro fin que enriquecer el ambiente y defenderlo mejor frente a las malezas, se ha podido reducir en un 50% el número de aplicaciones de herbicidas y en un 60% el impacto ambiental de esas prácticas.

Compaaracíón de las rotaciones realizadas en los campos de la Regional Aapresid con otros del norte bonaerense y sur santafesino. 

Comparación de las rotaciones realizadas en los campos de la Regional Aapresid con otros del norte bonaerense y sur santafesino.

También mejoran las ecuaciones económicas. Los planteos ASV superan a los tradicionales, porque evidentemente los cultivos de servicio potencian los rendimientos: por aporte de nutrientes, mejoras físicas del suelo y uso del agua”.

Se utilizan distintos modelos de rotaciones de cultivos, sin recetas fijas. En cada campo y lote se va analizando la secuencia, pero los resultados coinciden en mayores volúmenes de granos, en un promedio de 8 toneladas anuales por hectárea.

Rendimientos en La Matilde, un campo ubicado en Inés Indart, norte bonaerense. La sigla IIR expresa los días con cultivo sobre los días totales de la rotación. 

Rendimientos en La Matilde, un campo ubicado en Inés Indart, norte bonaerense. La sigla IIR expresa los días con cultivo sobre los días totales de la rotación.

Todo eso configura un hito fundacional, y hay que afirmarlo con seguridad, aunque en tiempos de duelo maradoniano cualquier frase corre el riesgo de ser sospechada de “emotividad grandilocuente”. La valoración puede ir más allá de los números, porque también representa un “intangible” salto cultural, pero los datos le dan impronta científica a lo que comenzó pocos años atrás casi como una experimentación y ahora está madurando como un nuevo paradigma agronómico.

Ya no se trata de dejar de usar el arado tras siglos de labranzas, como impulsaron los padres de la siembra directa en Argentina hace 4 décadas, en el comienzo de la Segunda Revolución de las Pampas, que reposicionó a nuestro país en el liderazgo mundial de la competitividad agrícola, donde ya había estado en el siglo anterior.

Muchos de esos pioneros, y las nuevas generaciones que fueron evangelizando hasta cubrir el 90% de la superficie de producción de granos con la modalidad “sin labranza con cobertura de rastrojos”, están yendo por otro escalón superior.

Ahora, estos “locos innovadores” hablan de ASV, dándole una vuelta de tuerca más a todo lo que ensayaron y desarrollaron. Así se posicionan una vez más en la vanguardia global, hacia el triple objetivo de sustentabilidad: económica, social y ambiental. En el mundo se degradan 5 millones de hectáreas cultivables por año y en ese contexto, según la revista Nature, Argentina ya es “líder mundial en la reducción de pérdida de suelo”.

Quizás aún es prematuro hablar de consolidación, porque estos modelos representan apenas un 3% del área cultivada en nuestro país, pero sin dudas se está abriendo un camino firme y es una de las primeras veces que se muestra a campo, junto con los datos acumulados en los últimos años que respaldan la apuesta.

La demostración fue organizada por la Regional Pergamino-Colón de Aapresid, y el anfitrión fue César Belloso, ex presidente de esa entidad. El encuentro se realizó en el establecimiento “La Oración”, ubicado entre las localidades bonaerenses de Salto, Chacabuco y Rojas.

Sucedió el viernes 20, a pocos kilómetros del partido de Pergamino, donde desde agosto de 2019 rige una prohibición judicial para aplicar fitosanitarios a 1.095 metros (pulverizaciones terrestres) y 3.000 metros (aéreas) de las zonas urbanizadas. Esa medida dispuesta por el juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzzo, implica una severa restricción para la actividad productiva y su alcance incluye que no se puedan realizar ensayos en la Estación Experimental del INTA local, una de las más importantes del país en investigaciones agronómicas.

Con todo, los integrantes de la Regional Aapresid Colón- Pergamino tienen desde hace tiempo la saludable actitud de criticar a quienes no cumplen con las exigencias ambientales, y aún en desacuerdo con el tenor de lo dispuesto por la medida cautelar, asumen que quienes tengan responsabilidades penales deben recibir el castigo correspondiente.

Números elocuentes

Una comparación entre los campos que integran la Regional (60.000 hectáreas) y otros de la región, entre el norte bonaerense y el sur santafesino (1.832.000 hectáreas) expone que en el primer caso tiene mayor porcentaje de todas las variables menos de soja (66 versus 75%). En cambio, los lotes de la Regional tienen mayor porcentaje de maíz (37 versus 25%) y de cultivos de invierno (33% versus 25%). Con todo, las mayores diferencias se dan entre las superficies con doble cultivos (55% versus 27%) y con cultivos de servicio (20% versus 2%).

En este punto, vale destacar que ese 20% se toma como “foto promedio” porque la “película” indica que, en las rotaciones de los campos de la Regional, la superficie agrícola con cultivos de servicios ha ido aumentando del 17% (2018), al 19% (2019) y este año alcanzó un 22%. En ese contexto, la vicia villosa cubre –sola o con gramíneas- más del 60% del área, y le sigue en importancia el centeno, con un 24%. También se utilizan, en menor medida, avena, triticale, rye grass y trébol encarnado.

Los cultivos de servicio también operan como fertilizantes naturales. Estudios de la Chacra Pergamino de Aapresid comprobaron que, por ejemplo, el “nitrógeno biológico” aportado por vicia brinda “liberación progresiva y es fácilmente asimilable".

Otro detalle “revolucionario” son los corredores biológicos; franjas de cultivos de servicios y vegetación espontánea, que conservan la biodiversidad, constituyen hábitats y alimento de insectos benéficos y fauna silvestre y ayudan a disminuir la erosión hídrica.

El experimentado Enrique Seminario, siempre atento a las innovaciones, participó de la recorrida y calificó lo observado como “fotosíntesis no extractiva”.

El uso del agua, clave

Entre el mejor aprovechamiento de todos los recursos, Belloso destacó la eficiencia en el uso del agua, teniendo en cuenta que durante un ciclo completo de rotación soja-maíz se perdieron por lixiviación 103 kg N/ha con un drenaje acumulado de 672 mm. La intensificación redujo la pérdida de N a 27 kg/ha con un drenaje acumulado de 439 mm.

La reducción de las pérdidas de nitrógeno (N) por lixiviación está asociada, por un lado a la reducción del drenaje, y por otro a la inmovilización de N en la biomasa vegetal.

En ese sentido, es interesante tener en cuenta la relación entre la lluvia caída y la efectiva. Una medición realizada en Gancedo (Chaco) expuso que con 220 milímetros de precipitaciones, en un barbecho tradicional se computa como lluvia efectiva un tercio del total, mientras que en un barbecho cubierto resulta útil la mitad del agua caída.

La ASV es un modelo de producción basado en la actividad biológica del suelo, y se potencia mediante la presencia de cultivos el mayor tiempo posible. 

La ASV es un modelo de producción basado en la actividad biológica del suelo, y se potencia mediante la presencia de cultivos el mayor tiempo posible.

La sustentabilidad social se manifiesta no sólo por el hecho de que hay actividades rurales más repartidas en el año. También tiene que ver con la vinculación transgeneracional. “Por supuesto que necesitamos rentabilidad económica, per lo importante es el suelo que le dejaremos a nuestros hijos”, resumió Johnny Cassera, productor de la Regional junto a sus hermanos.

Uno de los más entusiastas es Marcelo Arriola, vicedirector del sistema Chacras de Aapresid, quien reconoció que “la sustentabilidad económica es una preocupación lógica de los productores, pero evidentemente se logra, porque las empresas que lo implementan perduran, tanto en sus operatorias en campo propio como alquilados”.

Rafael Aliaga, socio y fundador de Man Agro, una de las empresas con mayor volumen de hectáreas en distintas provincias del país, testimonió: “Hace muchos años que gerencio planteos agrícolas y debo rendir cuentas a los inversores, y les puedo asegurar que con buenas prácticas en definitiva se logran buenos resultados económicos”.

En el mismo sentido, Belloso aseguró que, “por ejemplo, este modelo se aplica en un campo alquilado de 160 hectáreas y mantiene la rentabilidad”.

Además, afirmó que “esta visión es totalmente acorde a la agroecología, entendida como la combinación de agricultura y ecología. Y va más allá de sintonizar con las demandas actuales de la sociedad, es una evolución que venimos transitando desde hace más de 30 años, a lo largo de períodos de distintos gobiernos y situaciones económicas. Esa trayectoria demuestra que se puede mantener un sistema con los tres ejes de la sustentabilidad y que no es contradictorio con la ciencia y la tecnología”.

En el mismo sentido, Arriola asumió que “no podemos prescindir todavía de los fitosanitarios químicos pero la reducción continua de uso con cultivos de servicio y rolado, es un desafío creciente. Se trata de imitar a la naturaleza, donde no existen ciclos marcados de vida y muerte como implican las siembras y cosechas, sino tratar de estar continuamente con raíces vivas para beneficiar la actividad biológica del suelo, poder mejorar las propiedades físicas y químicas. Hemos comprobado que de esta manera los suelos se hacen más productivos”.

Lo dejó escrito el austríaco Peter Drucker, considerado el padre del gerenciamiento moderno, a sus 91 años: “Innovar es encontrar nuevos o mejores usos a los recursos con los que ya disponemos. Lo que se mide se mejora. Si quieres algo nuevo, tienes que dejar de hacer lo antiguo en vez de defenderlo”.

En eso están los productores agropecuarios de punta, y así buscan mejorar, por su propio bien, y para conectarse más con las inquietudes de todo el planeta”.

Ronda de debate abierto con periodistas

Tras la recorrida por los lotes, se abrió el juego para intercambiar comentarios entre los productores y la veintena de periodistas convocados, de medios nacionales y locales, mujeres y varones, veteranos y jóvenes, incluso de diferentes ideologías. Esa diversidad, que podría considerarse natural, no es tan obvia ni habitual, y a lo largo de una hora de debate, mientras se asaban lomitos y hamburguesas veganas, se transformó en el broche conceptual de la experiencia.

Las críticas constructivas, respecto de la escasa llegada comunicacional sobre lo que pasa en el campo a la mayoría del público urbano, fueron una cara de la moneda, en una discusión por momentos dura, pero que desde el respeto fue virando hacia el reconocimiento de que mostrar este nuevo paradigma, a campo y con datos, es un paso crucial para reposicionar a la agricultura argentina, y a sus protagonistas más comprometidos con la sustentabilidad, en una opinión pública que suele descalificarla.

Al cabo de lo que algunos tildaron de “terapia de grupo” quedó flotando en el aire la convicción de que el modelo de la Agricultura Siempre Verde (ASV) puede ser parte de las soluciones a inquietudes tan globales y locales, como importantes y urgentes, desde el cambio climático al empleo con arraigo federal, en un desafío que incluye aspectos económicos, culturales y sociales.

Tanto productores como periodistas quedaron convencidos de que por este camino es posible que “el campo” sea más comprendido y mejor tratado por quienes no lo entienden. Ahora hay nuevos y mejores argumentos para seguir explicando y persuadiendo.

Rural – Clarín – Mauricio Bártoli

Viernes, 27 Noviembre 2020 13:06

Soja y maíz. Al tranco lento marcha la siembra

Ya se sembraron 6,7 millones de hectáreas de soja y se atrasa la implantación de maíz. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires destaca que las lluvias registradas durante los últimos 15 días permiten reponer la humedad sobre la región central del área agrícola, mientras continúa la siembra. Con un avance intersemanal de 10,6 puntos porcentuales, la siembra de soja se eleva a 39,3% a nivel nacional. En números absolutos, dicho avance representa más de 6,7 millones de hectáreas de los 17,2 millones proyectados para la campaña 2020/21.

En cuanto a la situación de la siembra por zonas, la Bolsa de Cereales destaca que el desecamiento progresivo de los perfiles, junto al incremento de las temperaturas, continúa demorando el avance de las sembradoras sobre Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe: "De forma conjunta, dichas regiones han incorporado más de 440.000 hectáreas durante los últimos siete días".

"Ambas regiones aguardan por futuras precipitaciones que permitan recomponer la humedad superficial y dar fluidez a la incorporación de cuadros de soja de primera y permita iniciar con las labores de siembra de soja de segunda", agrega la entidad porteña.

En paralelo, sobre el centro del área agrícola, precipitaciones relevadas a lo largo de la última semana mejoran la oferta hídrica en gran parte de los Núcleos Norte y Sur y el Norte de La Pampa-Oeste de Buenos Aires. De forma conjunta, dichas regiones aportan más del 61% del área nacional sembrada a la fecha y podrían dar por finalizada la incorporación de planteos de primera durante los próximos 7 días.

Finalmente, a pesar de informar una demora interanual promedio de -5,1 puntos porcentuales, producto de las escazas precipitaciones, lluvias registradas el pasado lunes mejoran la humedad superficial sobre el sur de Buenos Aires y La Pampa: "Se espera que se acentué la actividad de siembra de cara a la próxima semana", destaca el relevamiento.

En cuanto a la siembra de maíz con destino grano comercial, durante la última semana se concentró en el sur del área agrícola. En paralelo, las lluvias relevadas durante los últimos días mejoran las reservas hídricas de los lotes más adelantados del cereal.

En Entre Ríos se relevan los primeros cuadros transitando etapas reproductivas bajo condiciones hídricas irregulares. Parte de los lotes comienzan a mostrar signos de estrés hídrico.

La Bolsa de Cereales destacó que ya se logró sembrar el 31,9 % de la proyección para la campaña 2020/21 de 6.300.000 hectáreas. Esta superficie representa en números absolutos, 200.000 hectáreas menos que las implantadas la campaña previa (Campaña 2019/20: 6,5 millones de hectáreas).

Luego de relevar un avance intersemanal de 0,5 puntos porcentuales, la demora interanual se mantiene en 14,3 puntos porcentuales.

Mientras solo restan por sembrar lotes puntuales de planteos tempranos, las lluvias registradas durante los días previos reponen humedad en los perfiles: "Esta mejora permite sostener el crecimiento y desarrollo en cuadros que se encuentran expandiendo hojas", añade el informe.

En paralelo, el aumento en la humedad asegura la efectividad de las refertilizaciones nitrogenadas de las últimas semanas

En su informe semanal el USDA relevó el progreso de las cosechas de maíz y de soja sobre el 95 y el 96% de las respectivas áreas aptas, contra el 91 y el 92% de la semana anterior. La siembra de trigos de invierno avanzó sobre el 96% de la superficie prevista. El organismo ponderó el 46% del cereal en estado bueno/excelente, por encima del 45% de la semana anterior, pero debajo del 52% vigente un año atrás.

MAÍZ

El progreso de la cosecha de maíz fue relevado por el USDA sobre el 95% del área apta, contra el 91% de la semana pasada; el 73% de igual momento de 2019, y el 87% promedio de las últimas cuatro campañas. El dato oficial quedó abajo del 96% previsto por los operadores. En Iowa y en Illinois la cosecha avanzó sobre el 97 y sobre el 99% de las respectivas áreas aptas.

SOJA

El avance de la cosecha de soja fue relevado por el USDA sobre el 96% del área apta, contra el 92% de la semana pasada; el 89% de igual momento de 2019, y el 93% promedio de las últimas cuatro campañas. El dato oficial quedó en línea con la expectativa de los operadores. En Illinois y en Iowa la recolección progresó sobre el 99% de las respectivas superficies aptas, mientras que sobre Ohio y Missouri, dos de los Estados más atrasados, lo hizo sobre el 93 y el 88%, respectivamente.

TRIGOS DE INVIERNO

El USDA relevó el progreso de la siembra de trigos de invierno sobre el 96% de la superficie estimada, contra el 93% de la semana pasada; el 94% de igual momento del año pasado, y el 94% promedio. El nuevo dato quedó levemente abajo del 97% previsto por los operadores. Emergió el 85% de las plantas, frente al 79% de la semana anterior; al 82% de 2019, y al 84% promedio.

El organismo ponderó el 46% de los cultivos en estado bueno/excelente, por encima del 45% de la semana pasada, pero por debajo del 52% de igual momento de 2019. El dato oficial quedó en línea con la expectativa de los privados.

Las condiciones de sequía que afectan la región de las Grandes Planicies estadounidenses quedaron otra vez expuestas en el informe semanal sobre cultivos del USDA, donde se relevó el deterioro del estado de los trigos del invierno. En efecto, la proporción en estado bueno/excelente fue recortada por el organismo del 46 al 43 por ciento, frente al 52 por ciento vigente un año atrás.

TRIGOS DE INVIERNO

Tras el cierre de las siembras, el USDA informó que emergió el 89% de las plantas, frente al 85% de la semana anterior; al 86% de 2019, y al 88% promedio.

El organismo ponderó el 43% de los cultivos en estado bueno/excelente, por debajo del 46% de la semana pasada y del 52% de igual momento de 2019. El dato oficial contrastó contra el 44% previsto en promedio por los privados.

En el Estado de Kansas, sólo el 29% de los cultivos están en estado bueno/excelente, con una baja de 3 puntos respecto de la semana anterior.

 

Ni la baja temporal de retenciones, ni la escalada de los precios internacionales que consolidaron un incremento mayor al 30% desde marzo pasado, lograron acelerar la liquidación de divisas del agro en noviembre, que concluiría con alrededor de u$s1.600 millones, mostrando incluso un retroceso de alrededor del 5% respecto al mes previo, según adelantaron fuentes del sector a Ámbito. La verdadera apuesta por parte del Gobierno sucedió en octubre pasado cuando anunció la rebaja temporal de tres puntos en las retenciones al poroto de soja y la restitución del diferencial a favor de los productos con mayor valor agregado, básicamente aceite y harina. En aquel entones la medida no resultó efectiva porque la liquidación del sector también mostró un retroceso del 4% respecto al mes previo al sumar alrededor de u$s1.700 millones.

A partir de noviembre el tributo se elevó hasta el 31,5% para la oleaginosa sin procesar, desactivando la esperanza para las arcas nacionales de contar con un mayor ingreso de divisas por parte del sector agroindustrial. En tanto, la suba de las cotizaciones en el mercado internacional y su fiel reflejo en el ámbito local, oficiaron como oportunidad ideal para que los productores que en aquel entonces aún conservaban poco más de 15 millones de toneladas en los silos concretaran mayores ventas.

Lo cierto es que finalmente la comercialización interna de la soja tampoco mostró una aceleración durante noviembre. Según indican en el sector, la brecha entre el dólar oficial y el blue desalienta los negocios, pero eso no es todo. Este año también los agricultores accedieron a créditos a tasas convenientes para financiar la actual campaña en marcha y por eso no debieron, como otros años, vender granos para hacerse de capital de trabajo.

Quizás el único dato alentador es que durante octubre la industria aceitera tuvo un pico de declaración de ventas al exterior de harina y subproductos, lo que se traduciría quizás en una menor primarización de las exportaciones a partir de la reimplementación del tan cuestionado por los productores diferencial de dos puntos menos a favor de los productos con mayor valor agregado. En noviembre esta tendencia también se habría consolidado porque por lo pronto las declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) que diariamente provee el ministerio de Agricultura

En este contexto se prevé que el 2020 concluiría con una caída de alrededor del 15% en la liquidación de divisas del campo. La salvedad al caso es que, a partir de agosto del año pasado, luego de las elecciones PASO, el campo se apuró a liquidar la cosecha ante la inminente suba de retenciones que dispondría el nuevo Gobierno.

Campaña 2021

Mientras tanto avanza la siempre de soja de la actual campaña y los pronósticos climáticos son alentadores para los próximos días ya que se prevén lluvias en las principales zonas agrícolas que aportarían la humedad necesaria a los suelos.

A la fecha, según las estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires se lleva implantado el 40% el área proyectada en 17,2 millones de toneladas.

En este marco, y gracias a la suba de las cotizaciones que se mantendrían firmes en el mediano plazo, se prevé que el valor bruto de la cosecha de soja y maíz alcance los u$s24.326 millones, mientras que el ingreso de divisas ascendería a más de u$s26.000 millones, mostrando un incremento del 14% respecto al ciclo previo.

Ámbito Financiero – Yanina Otero

“No va a resultar nada difícil que en el primer semestre de 2021 podamos ver precios del trigo por encima de los 300 u$s/tonelada FOB por los problemas que pueda haber aquí (en Sudamérica) como en el Hemisferio Norte”. Así lo indicó Edson Fernandes Csipai, responsable de la unidad de negocio de trigo de a filial brasileña de Bunge, durante un congreso virtual realizado esta semana por la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo).

Csipai explicó que el trigo de invierno sembrado en EE.UU., Rusia y Ucrania está atravesando situaciones de déficits hídricos que podrían derivar en un recorte de la cosecha prevista (situación que estará clara recién en el mes de marzo del año que viene).

“En el Hemisferio Sur tenemos un escenario de restricción hídrica y si la cosecha de maíz y soja falla en Sudamérica, eso también va a impactar en el precio del trigo porque en el mundo buena parte de este cereal se emplea con fines forrajeros”, advirtió el directivo de Bunge Brasil.

Argentina, con una producción de trigo –golpeada por una restricción hídrica– prevista en 16,8 millones de toneladas, cuenta con un saldo exportable de unos 10 millones de toneladas, cuando a comienzos del presente año el mismo se estimaba en 16 millones de toneladas.

“La semana pasado el gobierno brasileño renovó hasta noviembre de 2021 el cupo de 750.000 toneladas anuales de trigo importado libre del Arancel Externo Común del Mercosur y eso generó cierto recelo en algunos sectores productivos argentinos”, expresó.

El ejecutivo de Bunge dijo que para que esa medida, si bien no genera daño algunos a los productores argentinos, debería ser permanente y no discrecional para evitar suspicacias.

“La gran cuestión del arancel cero para el trigo es que a la gente le gustaría ver reglas de juego claras al respecto para salir de la discusión que se tiene cada año sobre si cupo libre arancel sí o no”, aseguró. Vale recordar que el arancel del trigo importado extra Mercosur es del 10% del valor FOB.

El precio FOB de referencia del trigo spot argentino –determinado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación– es de 255 u$s/tonelada.

En el presente año el gobierno argentino intervino el mercado de trigo 2019/20 por medio del cierre de facto del registro de operaciones de comercio exterior, mientras que, en lo que respecta a la cosecha 2020/21 –que se está cosechando–, el sector privado comenzó a mostrar señales de autorregulación con el propósito de evitar una intervención oficial directa.

La Bolsa de Cereales de Córdoba informó que en la primera quincena de noviembre se comenzaron a cosechar los primeros lotes de trigo, en medio de una campaña que no repunta: la mayor parte del área continua con síntomas de estrés hídrico y en malas a regulares condiciones. La entidad confirmó su previsión de una cosecha que caerá 63 por ciento, hasta 1,7 millones de hectáreas, como consecuencia de un desplome del 42 por ciento en los rindes, que se ubicarían en apenas 17,3 quintales por hectárea para el promedio provincial.

“Más de la mitad de la superficie de cultivos invernales en Córdoba continúa con estados regulares a malos. Las lluvias del trimestre agosto-septiembre-octubre fueron en 35 por ciento inferiores al promedio histórico (2007-2020)”, indicó la Bolsa.

A nivel nacional, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires señaló este jueves que la cosecha ya cubrió el 19,8 por ciento del área implantada, con resultados muy por debajo a las estimaciones iniciales sobre el centro del área agrícola.

“En el norte del país, el ciclo del cereal se encuentra prácticamente finalizado. Los rindes regionales para esta campaña se ubican entre los más bajos de la serie PAS, siendo el más bajo para el NOA (7,2 quintales) y el segundo más bajo de los últimos 10 años para el NEA (8,5 quintales)”, indicó la entidad porteña.

En relación a Córdoba, añadió: “Sobre la franja central, las expectativas iniciales de rinde sobreestimaron los resultados obtenidos. En el centro-norte de Córdoba y centro-norte de Santa Fe, con más del 50 por ciento del área apta recolectada, los rindes regionales relevados a la fecha también se ubican entre los más bajos de los últimos 10 años”.

A nivel nacional, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires señaló este jueves que la cosecha ya cubrió el 19,8 por ciento del área implantada, con resultados muy por debajo a las estimaciones iniciales sobre el centro del área agrícola.

“En el norte del país, el ciclo del cereal se encuentra prácticamente finalizado. Los rindes regionales para esta campaña se ubican entre los más bajos de la serie PAS, siendo el más bajo para el NOA (7,2 quintales) y el segundo más bajo de los últimos 10 años para el NEA (8,5 quintales)”, indicó la entidad porteña.

En relación a Córdoba, añadió: “Sobre la franja central, las expectativas iniciales de rinde sobreestimaron los resultados obtenidos. En el centro-norte de Córdoba y centro-norte de Santa Fe, con más del 50 por ciento del área apta recolectada, los rindes regionales relevados a la fecha también se ubican entre los más bajos de los últimos 10 años”.

En concreto, la estimación para Córdoba es una producción de 1,83 millones de toneladas, similar a las 1,7 millones proyectadas por la Bolsa de Cereales local.

Puertos activos

En otro informe, la BCR señaló que en las primeras semanas de la cosecha ingresaron 210 mil toneladas de trigo a los puertos del Gran Rosario.

El ritmo de llegada de camiones se aceleró a 500 camiones de trigo diarios, el triple con respecto a los últimos diez días de octubre.

Si bien la BCR advirtió el problema que significa una fuerte merma en las proyecciones de cosecha, destacó un aliciente: los precios con los que se está encontrando el productor al momento de comenzar la trilla son los mejores desde el año 2013.

El cálculo es en base dólar con el que se liquidan las operaciones, con un precio pizarra que al día miércoles 13 de noviembre alcanzó los 215 dólares la tonelada.

“Esta tendencia en los precios se explica fundamentalmente por la mala cosecha que se espera, así como también por factores atenientes a los mercados externos”, dijo la BCR.

Del mismo modo, la Bolsa de Cereales de Córdoba ubicó al mercado del trigo en una perspectiva alcista, por un recorte en la producción mundial y en la relación stock/consumo, problemas de humedad en la siembra invernal del hemisferio norte y el ajuste en el volumen interno en medio de una fuerte demanda de la exportación.

La Voz del Interior

 
 
 

"Al pulso de cada tormenta, o de cada chaparrón que suma algún milímetro, avanza sedienta de agua la siembra de soja de primera", comenzó describiendo el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario. El fin de semana pasado, el 75% de la región núcleo recibió precipitaciones por encima de los 10 mm, pero solo el 22% del área superó los 20 mm. "Por supuesto sirve, y más en este final de noviembre del 2020 acorralado por una Niña y una sequía de 6 meses que sigue arrastrando sus consecuencias en toda el área. Tan es así, que la sequía muestra por momentos un retroceso parcial, para reposicionarse y seguir dominando el área. Aún con las lluvias del pasado fin de semana, la condición de sequía extrema solo bajó un 10%: pasó de 35 a 25%", describió la entidad.

Pero la condición de sequía “escasa” aumentó y domina sobre el 52% de la región núcleo al comparar la situación actual con la de la semana pasada.

En este contexto, en la región núcleo en una semana se avanzó sobre la siembra de 500.000 hectáreas, y el progreso total es del 90%. En la franja de Rosario al oeste y en el noreste bonaerense casi no se registraron milímetros. Allí las sembradoras siguen paralizadas. Los primeros 10 cm de suelo están muy secos y requiere una lluvia de al menos de 10 mm para poder reactivar las labores, explicó la entidad rosarina.

“Está faltando agua desde Baradero hasta Chacabuco”, comentan los ingenieros de la zona. La siembra de soja temprana se completó en un 80% del área y tuvo que detenerse por la falta de humedad. “Hay lotes que se van a pasar de soja de primera a maíz tardío”, dicen.

¿Cómo está la soja sembrada?

Por un lado, hay diferencias de emergencias entre los primeros y los últimos sembrados, y dónde no llovió, las plántulas de soja muestran signos de stress.

Los primeros lotes de soja sembrados, que tuvieron buena humedad, emergieron bien y en la región coinciden que están en muy buenas condiciones. Pero dónde no llovió, en el centro sur de Santa Fe y Noroeste bonaerense, hay problemas. En Cañada de Gómez, los últimos lotes se sembraron con menos humedad:

"Hubo que clavar la semilla a más profundidad. Ahora se evidencian malos nacimientos por falta de vigor de la semilla. Hay pérdidas en el stand de plantas”, remarcaron los técnicos.

En el sudeste de Córdoba, como en Marcos Juárez, la emergencia y el crecimiento de la oleaginosa es más lenta que en otros años por la menor temperatura y la falta de humedad. En el noreste de Buenos Aires, advierten, “las plántulas están sufriendo: se ve poca turgencia de hojas”, aclararon.

Clarín

 
 
 

Los pronósticos prevén una campaña con menos lluvias y temperaturas más altas de lo normal en la región pampeana central. Cuando esto sucedió en años anteriores el escenario del manejo de plagas cambió. Hay mayor presión de insectos sobre los cultivos, las plantas estresadas son más vulnerables a las plagas y los productos para controlarlas se comportan distinto. El agua útil en el suelo y las precipitaciones que ocurran durante el ciclo del cultivo determinarán en gran parte el rendimiento. En esta campaña en toda la zona central del país los perfiles están con un marcado déficit hídrico y los pronósticos anuncian menores precipitaciones y mayores temperaturas a los promedios históricos. Habrá entonces cultivos con stress hídrico.

Una planta estresada es más vulnerable al ataque de plagas: se desarrolla más lentamente, tarda más en pasar de un estado fenológico a otro. Si en situaciones normales una plaga daña las hojas V2, la planta se defiende emitiendo rápido la hoja V3, pero con plantas estresadas esto no ocurre.

Y cambia su fisiología y composición interna. Las raíces disponen de poca agua. El sistema vascular, que traslada el agua (xilema) y moviliza los nutrientes formados (floema), funciona muy lentamente. La planta produce menos energía de la que necesita para formar flores y granos. Entonces reutiliza lo poco que ha logrado formar.

Su misión es producir proteínas, las cuales debe romper en aminoácidos o azúcares para lograr energía de este proceso. Las moléculas pequeñas favorecen la alimentación, y la reproducción de algunas plagas como trips y arañuelas. Son solo dos ejemplos de varios procesos que se alteran.

Los insectos modifican su comportamiento

El crecimiento lento de los cultivos hace que muchas plagas se comporten de una manera diferente a la de plantas desarrollándose normalmente. Tomando el ejemplo de soja, la oruga bolillera en plantas normalmente hidratadas está más expuesta con folíolos abiertos que la hace más vulnerable a predatores y a controles químicos.

Una planta estresada permanece con los folíolos cerrados, las larvas están protegidas, y “fabrican” hilos de seda para mantenerlos cerrados. Hay mayor supervivencia de insectos que se protegen. Muchas plagas, como la bolillera, transcurren el invierno en el suelo como pupas. Las lluvias afectan la cantidad de pupas que se transforman en polillas, que pondrán huevos y de allí salen las larvas que afectan al cultivo.

Sin lluvia con suelos más calientes hay mayor supervivencia de pupas. Esto ya está pasando y las trampas de luz muestran que la cantidad de polillas de bolillera que fueron capturadas en esta primavera es la más alta en 10 años. Los trips y las arañuelas disponen de un alimento ideal para que sus poblaciones crezcan. A mayor población menos efectividad de los tratamientos.

Los productos ...”ya no vienen como antes”

En años de sequía, las empresas que comercializan productos para el control de plagas han tenido la mayor cantidad de reclamos. El producto que años anteriores aplicaba y controlaba la plaga, “este año no me está funcionando”.

Es que al funcionar distinto la planta y habiendo poblaciones de insectos que se comportan de otra manera…. Los productos no funcionan igual. Cuando no hay estrés, la oruga bolillera permanece expuesta (folíolos abiertos). El contacto de la gota con la larva, más el efecto de alimentación de las hojas tratadas hacen que el tratamiento sea efectivo por contacto e ingestión.

En plantas estresadas solo funcionará la ingestión ya que es casi imposible llegar a ella en forma directa. Otra cuestión es el aumento de las poblaciones. Si en un lote hay un promedio de 10 orugas defoliadoras por metro y se hace un tratamiento con una eficiencia del 80%, quedarán 2 por metro, (satisfactorio).

Con alta población hay 50 orugas por metro, la misma aplicación de un 80% de eficiencia dejará 10 orugas vivas…Y la conclusión será: “este año el producto no anduvo”, cuando en realidad lo que cambió fue la población de orugas.

Un año donde se puede perder la “normalidad”

Plantas estresadas, poblaciones más altas, productos que no hacen lo que antes hacían… Son todos parámetros a tener en cuenta, ya que el agrónomo tiene la capacidad de entender estos procesos y modificar sus recomendaciones para el manejo de plagas. Se debe entender que las plantas estresadas necesitan más ayuda para sobrellevar plagas, que poblaciones más bajas a las habituales hacen más daño, que la plaga potencia la situación de sequía del cultivo. Deben ser ajustadas, no solo la toma de decisiones en cuanto al “umbral” o momento de acción, sino la elección y dosis de los productos a usar, siempre apoyado en una aplicación cuidada que preserve la llegada de la gota al blanco.

Rural – Clarín – Daniel Igarzábal

Cuando la primera ola de contagios por Covid-19 arreciaba; la incertidumbre golpeaba las expectativas económicas globales, y se deprimían los precios de la soja y del maíz en la Bolsa de Chicago, nada permitía presagiar el viraje que el mercado daría durante la segunda semana de agosto. Entre el cierre de la rueda del 7 de ese mes y anteayer, el valor de la oleaginosa trepó un 35,3%, al pasar de 319,76 a 432,66 dólares por tonelada, registro con el cual alcanzó el nivel más alto desde junio de 2016 y quedó a pocos centavos de precio mayor desde 2014. Para el cereal la ganancia acumulada resultó del 37,3%, tras variar de 121,16 a 166,33 dólares, marca esta última que se ubicó como la más alta desde julio del año pasado. En ambos casos, las cifras actuales guardan distancias importantes frente a los respectivos récords, de 650,74 y de 327,25 dólares por tonelada, alcanzados en septiembre y en agosto de 2012.

En estos poco más de tres meses sucedieron muchas cosas, pero hubo dos que resultaron determinantes para la bonanza de los precios internacionales de ambos granos gruesos: una vertiginosa demanda por parte de China, que parece haberse planteado como una exigencia de muy corto plazo la "resurrección" de su sector de porcina tras el duro golpe que la fiebre porcina africana le asestó desde agosto de 2018, con una reducción de sus existencias que habría superado largamente el 40%, y la fuerte caída de los stocks estadounidenses de soja y de maíz desde las previsiones iniciales planteadas por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).

En mayo el organismo abrió su ciclo de proyecciones agrícolas 2020/2021 y calculó que con una cosecha de soja estadounidense de 112,26 millones de toneladas se llegaría al cierre de la campaña con existencias por 11,03 millones. Sin embargo, en su reporte de noviembre estimó la producción en 113,50 millones, pero el stock, en 5,17 millones, es decir, con un recorte del 53,1% respecto del dato inicial.

En cuanto al maíz, en mayo el organismo pronosticó la producción estadounidense en 406,29 millones de toneladas y las reservas al finalizar la temporada en 84,29 millones, datos que provocaron la caída de los precios. Pero ahora, con buena parte de las tareas de recolección transitadas, sus últimas cifras revelaron que con una cosecha de 368,49 millones de toneladas, el stock final será de 43,23 millones, es decir, un 48,7% menor al previsto inicialmente y un volumen que pone en entredicho el abasto doméstico, al igual que en el caso de la soja.

"El aumento actual de los precios es parte de un repunte estructural, derivado de la extraordinaria demanda china de semillas oleaginosas y de cereales", aseguró desde Chicago a LA NACION Charlie Sernatinger, jefe global de Futuros de Granos de ED&M Man Capital Markets.

Para Sebastián Olivero, analista local de la firma estadounidense StoneX, la tendencia alcista resulta de una sumatoria de factores, "donde el dato principal es la gran recuperación de la demanda asiática, con China a la cabeza. Su rodeo porcino viene creciendo a una tasa interanual superior al 30%. Además, por la búsqueda de un mayor control sanitario, están profesionalizando la producción. Es decir que el mayor consumo se da por partida doble, por un aumento en la cantidad de cabezas y por una mejora en la dieta de los animales", explicó.

Agregó que como resultado de la voraz demanda china, Brasil comercializó todo su saldo exportable 2019/2020 en tiempo récord, al punto de tener que remover el arancel para poder importar soja desde afuera del Mercosur. "Y a la par, vemos que transitados apenas dos meses y medio del inicio del ciclo comercial 2020/2021, Estados Unidos ya colocó el 83% de su saldo exportable de soja. Por todo esto, el escenario más probable es que el ritmo de exportaciones estadounidenses se mantenga elevado y que ello implique menores existencias. El punto es que su relación stock/consumo ya es muy reducida (4,2%) y nuevos ajustes la podrían llevar a mínimos históricos, inferiores al 3% que se alcanzó por última vez entre 2012 y 2013, y que llevó el valor de la soja en Chicago a superaron los 600 dólares por tonelada. Ante un escenario de ese tipo, la función de los precios es racionar la demanda, es decir, subir hasta el punto de desincentivar a los compradores", dijo Olivero.

En los primeros diez meses de 2020 China importó 83,20 millones de toneladas de poroto de soja, un 8% por encima de los cerca de 77 millones adquiridos en igual período de 2017, anterior mayor marca.

"Definitivamente, el repunte de precios que vemos en el mercado de la soja es estructural. Con un dólar menos firme frente a una canasta de monedas y ante los niveles actuales de demanda, estas existencias finales tan bajas en Estados Unidos no dejan espacio para recortes adicionales en Sudamérica", dijo María Dolores Rodríguez Pareja, analista de la corredora Morgan, García Mansilla y Cía. SA.

Añadió que si asumimos que Brasil y la Argentina no llegan a los 133 y a los 51 millones de toneladas que prevé el USDA para la campaña 2020/2021 y que repiten los volúmenes del año pasado (126 y 49 millones de toneladas, respectivamente), "la oferta estadounidense no llegará a cubrir el faltante, cuando sus exportaciones muestran una celeridad mayor a la vista incluso antes del inicio de la guerra comercial con China". Y coincidió con Olivero en cuanto a que solo precios más altos contribuirán a desincentivar a la demanda y a asegurar mayores siembras en la campaña 2021/2022.

Según Rodríguez Pareja, ante el agotamiento de la oferta de Brasil y de Estados Unidos, la Argentina cuenta con existencias de soja, pero recordó que el fuerte para las ventas externas de complejo sojero local son la harina y el aceite. "Actualmente las previsiones marcan exportaciones por entre 38 y 40 millones de toneladas de subproductos y sólo 7 millones de toneladas de poroto de soja", señaló.

En el caso del maíz, donde China no era una referencia de demanda por sus cosechas abundantes -el USDA prevé 260 millones de toneladas para el ciclo 2020/2021-, Sernatinger explicó que desde hace unos cinco años ese país se planteó la necesidad de reducir las reservas estratégicas, que habían llegado a un nivel muy elevado, y lo hizo mediante una mayor demanda de su incipiente industria de etanol y con medidas de fomento para que los agricultores sembraran soja en lugar de maíz. "Parece que tuvieron éxito, pero deprimieron sus existencias más allá de lo conveniente. Al mismo tiempo, se da la recomposición de su rodeo de cerdos, lo que genera una mayor demanda de alimento. Considero que China será importador de maíz durante varios años", estimó el especialista.

"Si bien el principal componente de la demanda china de maíz es la producción porcina, también están creciendo en forma importante los sectores avícola y acuícola. El crecimiento de su demanda parece de orden estructural", dijo Olivero.

En su último informe mensual de estimaciones agrícolas el USDA elevó de 7 a 13 millones de toneladas su previsión sobre las importaciones chinas de maíz, pero el mercado considera que el número final en el ciclo 2020/2021 superaría los 20 millones de toneladas, lo que ubicaría a China por encima de compradores tradicionales, como México o Japón.

"China tiene la necesidad de aumentar la producción de carnes y los márgenes siguen jugando a su favor, no solo para la molienda de soja, sino también por los diferenciales entre los valores de los cereales domésticos y los importados. Por esto, excepto que se sume otro tipo de evento atípico (que hoy no está sobre la mesa), no habría razones a mediano plazo para pensar en una desaceleración brusca de su demanda", indicó Rodríguez Pareja.

Reacción en el mercado local

La tendencia alcista externa tiene su correlato doméstico en el mercado de granos. "Si consideramos los valores disponibles para la soja, en torno de los 347/350 dólares, nos encontramos en máximos desde 2014, mientras que en maíz, con precios que oscilan de 195 a 200 dólares, se alcanzó un pico desde 2016", detalló a LA NACION Bruno Ferrari, integrante del equipo de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

El dato que posibilitó la suba de los precios en el mercado físico para la soja y el maíz fue la fuerte mejora de los valores de exportación de los productos locales. En efecto, según los datos publicados a diario por el Ministerio de Agricultura de la Nación, desde el cierre del 7 de agosto último y hasta anteayer, el valor FOB del poroto de soja en los puertos argentinos creció un 38,5%, de 356 a 493 dólares por tonelada; el del aceite de soja, un 33,6%, de 754 a 1007 dólares; el de la harina de soja, un 41,6%, de 327 a 463 dólares, y el del maíz, un 48,7%, de 154 a 229 dólares por tonelada.

Ferrari agregó que respecto de los valores respectivos a las nuevas cosechas que se reflejan en el Matba Rofex, "la posición abril del maíz se ubicó anteayer en US$186 por tonelada, superando ampliamente los valores promedio obtenidos al momento de la cosecha desde, al menos, 2012. En soja, con el contrato mayo en US$307,60 por tonelada, estamos en máximos desde 2014, considerando los promedios a cosecha de los años anteriores".

Los ajuste citados para las posiciones del mercado de futuros que marcan la entrada formal de las nuevas cosechas de maíz (abril) y de soja (mayo), lograron subas del 35,3 y del 36,4% en comparación con los valores vigentes el 7 de agosto pasado, de 137,50 y de 225,50 dólares por tonelada, respectivamente.

El especialista de la BCR señaló que claramente los precios actuales a cosecha brindan rentabilidad al conjunto de productores nacionales, pero siempre en el caso de obtener rindes promedio. "No obstante, es importante tener en cuenta que el fenómeno de la Niña en Sudamérica (asociado a lluvias inferiores al promedio) provoca incertidumbre respecto de las posibilidades de siembra, producción y de comercialización, y que en caso de verse recortado el rendimiento potencial, la suba de precios puede no ser suficiente para compensar el efecto de los menores quintales cosechados. En el caso del maíz, Córdoba avanzó muy lentamente en la implantación, al igual que la región del norte del país, ambas zonas siguen necesitando mayores precipitaciones que permitan la implantación del cultivo".

En ese sentido Ferrari explicó que el mercado comenzó a descontar de forma incipiente, vía mayores precios, una menor producción a la prevista inicialmente en Sudamérica. Pero advirtió que si mejoran las previsiones climáticas y la producción, podría verse una reversión en los precios o, al menos, una pausa en las subas hacia el momento de la cosecha.

"En un escenario sin distorsiones cambiarias ni retenciones, Brasil tiene vendido casi el 60% de la soja 2020/2021, pero en la Argentina apenas se comercializó el 10%. La brecha cambiaria es la que demora las ventas", aseguró Rodríguez Pareja.

Agregó que "el maíz sigue firme y fluido en el mercado local, pero su saldo final va a quedar muy justo, por eso recomendamos en el inmediato vender soja y no maíz. Nuestro consejo siempre es recordar que se promedia mejor vendiendo en mercados alcistas y no cuando empiezan a bajar. Para eso es necesario analizar y revisar disparadores de ventas y seguir las oportunidades que presenta el Matba Rofex en cuanto a pases y opciones (todo operado a dólar oficial)".

Olivero contó que si bien se observa un incremento en las consultas y cierta toma de decisiones de venta, "el ritmo es menor al imaginable dados los elevados precios existentes. El mix de incertidumbre climática y cambiaria hace que la toma de decisiones sea muy pensada. Y frente a esto nuestra recomendación para el productor es asegurar altos precios y rentabilidad. No obstante, dado el contexto, lo aconsejable es hacerlo por medio de estrategias flexibles y en forma paulatina. Básicamente seria ir acompañando recorridos alcistas con compra de puts y ventas, pero combinadas con la compra de calls".

¿Venta de granos o compra de pesos?

"Hoy el productor no vende granos, sino que compra pesos", dijo a LA NACION Adrián Seltzer, operador de la corredora Granar SA. Y explicó que ante la coyuntura local, con brechas importantes en los tipos de cambio, "la decisión de vender está atada a necesidades, como pagar cuentas, reponer maquinaria o comprar insumos. Cuando el productor necesita X cantidad de pesos mira cuántas toneladas debe entregar para obtenerlos y ahí termina la cuestión. No sigue la evolución del precio como indicador de venta".

Agregó que cuando se objeta la actitud de no vender frente a precios impensados poco tiempo atrás, "resulta necesario desmitificar la creencia de que el productor cobra en dólares. Eso, que parece una obviedad para quienes estamos en el comercio de granos, no lo es para una parte importante de la opinión pública e, incluso, para funcionarios y legisladores. El valor se puede expresar en dólares, pero al momento de cobrar, el productor recibe pesos al tipo de cambio del Banco Nación. Es por esa pérdida de poder adquisitivo que se genera en la propia venta que quienes no tienen urgencias optan por diferir las ventas".

Para Seltzer, esa también es la razón por la cual la reducción temporaria de derechos de exportación al complejo sojero no tuvo el resultado esperado por el Gobierno, "porque no se contempló el problema de fondo. No tengo dudas de que si el productor pudiera recibir dólares billete por sus granos, a los valores actuales tendrías ventas abundantes. Sería una buena prueba piloto, habilitar a los exportadores a pagar en dólares, para ver cuánta mercadería sale".

Buenas perspectivas tras el triunfo de Biden

Más allá de la "resistencia" de Donald Trump, desde el 20 de enero, Joe Biden será el nuevo presidente de los Estados Unidos y en el mercado consideran que su llegada al Salón Oval de la Casa Blanca podría sumar a la tendencia alcista de los granos.

"Si bien es cierto que Estados Unidos no tiene entre sus políticas administra las subas o las bajas de su moneda, se espera que el dólar se debilite bajo la administración de Biden debido a posibles mayores déficits presupuestarios. Pero los que definitivamente mejorará con el nuevo presidente será el uso de biocombustibles. Trump fue enemigo de los biocombustibles y amigo de la industria del petróleo", dijo Sernatinger.

Respecto del riesgo que para muchos implica la abundante posición comprada de los fondos de inversión en soja y en maíz, este especialista sostuvo que "plantear que los fondos de inversión en sí mismos constituyan un riesgo es un mito" y añadió que su objetivo es obtener rentabilidad y cubrirse, por ejemplo, de la pérdida de valor del dólar. "La única razón por la que saldrían del mercado sería ante una amenaza a su rentabilidad, algo que por el momento parece estar lejos de suceder", concluyó Sernatinger.

Campo – La Nación – Dante Rofi

 
 
 

 

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