Agro Premiun S.R.L.

ANALISIS DE PRODUCTOS

Los cultivos de cobertura o de servicio se han introducido fuertemente en los sistemas agrícolas del país. Es un “puente verde” que permite llegar con el lote en condiciones óptimas en pleno invierno y parte de la primavera entre cada campaña gruesa, si es que no se siembra un cultivo invernal. Y el maíz tardío es uno de los cultivos más beneficiado con la incorporación de este manejo. Porque Se siembra normalmente en diciembre, luego de un cultivo de soja, que se cosecha entre los meses marzo y abril. “El suelo pasa seis meses desnudo y principalmente, transcurre los meses de primavera donde predominan las lluvias en la cual pueden hacer que se proliferen las malezas”, comenzó explicando Andrés Madias, coordinador técnico del sistem Chacra de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).

En este sentido, remarcó que para que no se multipliquen las malezas difíciles en el lote (uno de los principales flagelos que atraviesa la agricultura moderna) se debe hacer una buena estrategia de barbecho con un control químico o hacer un manejo ajustado con los cultivos de servicio.

Los beneficios de los cultivos de servicios en general son justamente el control de malezas, donde cada vez crece la resistencia a diferentes herbicidas, y el aporte de nitrógeno al suelo.

Y ya mirando a largo plazo, los cultivos de servicios mejoran la materia orgánica de los suelos y ayuda a que se capte con mayor eficiencia el agua que cae de las precipitaciones y no se pierda.

“Se recomienda sembrar lo antes posible al grano anterior que fue cosechado para favorecer la producción antes del otoño del cultivo de servicio y se terminan secando entre octubre y diciembre”, indicó el técnico de Aapresid quien coordina una red de maíz tardío y otra de cultivos de servicio.

“Algunos productores hacen siembra en verde, esto es, sembrar el maíz con el cultivo de servicio en pie, describió.

“El momento de secado depende del perfil de humedad y los pronósticos de lluvias. Este año se están adelantando los secados porque el invierno fue muy seco y no hay pronósticos que haya recarga de agua”, agregó el técnico.

Una de las especies más utilizadas, indicó, es la vicia villosa por los buenos resultados que logra.

Según comentó, en gran porcentaje de los ensayos que realizaron dieron mejores resultados productivos el manejo con la vicia versus el barbecho químico.

“Si no hay deficiencias de agua y tenés el nitrógeno que te da la vicia que te da un plus de rinde. Además, se reduce el uso de herbicidas que se aplica en los barbechos químicos”, explicó.

Otros productores, agregó, hacen vicia con gramíneas pero deben ajustar el manejo para que se libere el del nitrógeno cuando lo necesita el maíz.

Y en relación a los cultivos de cobertura con gramínea, con centeno, sobre todo en el norte de Córdoba, es clave hacer una buena fertilización para no tener un impacto negativo porque la gramínea inmoviliza el nitrógeno.

“Muchas veces en esta zonas con inviernos más duros la especie más utilizada es el centeno porque se logra con bajo consumo de agua pero se empezaron a ver buenos resultados con vicia”, dijo.

Con respecto a la siembra en verde, aseguró que es una alternativa, en principio, arriesgada para este año por la deficiencia hídrica que se viene dando en esta campaña agrícola.

“Este manejo permite incrementar la producción de biomasa de los cultivos de servicio y aumenta los beneficios, sobre todo de la vicia con el aporte de más nitrógeno. No es lo mismo una vicia de 4.000 kilos a 8.000 kilos”, dijo.

En este sentido, remarcó que tiene mucha incidencia en el manejo posterior que haga el productor que seca los cultivos de servicio tanto en octubre o en diciembre.

“Son dos meses de primavera que ayuda a la vida del suelo y al aporte de carbono. Además, la usan para maíces tempranos para que se extienda el periodo de aporte de la vicia de nitrógeno”, argumentó.

Rural – Clarín – Esteban Fuentes

 

Maíz tardío: ¿Cómo realizar un efectivo control de malezas?

Por Brand Studio para Summit Agro

El maíz tardío año tras año gana más superficies, vence dificultades y se convierte en el elegido de los productores por su mayor estabilidad, ya no solo en la zona núcleo sino también en regiones y provincias no tradicionales.

Con el paso del tiempo, el rendimiento por unidad de superficie se ha incrementado producto de la generación de mejoras en los materiales, en el manejo del cultivo ya sea en la fertilización y control de enfermedades, insectos y malezas, como así también la adaptación a las distintas zonas.

Sin embargo, las malezas generan el principal dolor de cabeza de los productores. Si bien el maíz tardío tiene un alto potencial de rendimiento, se debe realizar un efectivo control para evitar que estas avancen. Para ello se requiere conjugar un manejo integrado, una planificación acorde a cada lote y conocer el momento indicado para realizar este control.

Mara Paván, Gerente de Investigación y Desarrollo en Summit Agro Argentina, manifiesta la importancia que estos controles sean realizados por profesionales. “El nivel tecnológico que requiere producir en el campo con márgenes tan finos justifica aún más la presencia de un ingeniero agrónomo. Muchas veces es difícil dimensionar cuánto se pierde por no contar con este servicio”.

Se debe tener en cuenta que las malezas afectan directa e indirectamente al cultivo. Algunas de ellas liberan sustancias alelopáticas afectando el crecimiento de los cultivos y compitiendo por sus recursos, como es el agua, la luz y los nutrientes. Esta situación provoca una competencia por la demanda de recursos limitados que desencadena en un descenso de rendimiento. Por esta razón, es fundamental la intervención de diferentes herramientas eficientes en el momento justo que serán de gran ayuda en el período crítico de competencia para lograr un control efectivo y prevenir pérdidas de rendimiento.

En el maíz, este período crítico comprende aproximadamente entre 40 y 45 días desde la emergencia. Cabe destacar que si durante este tiempo se permite que el cultivo compita libremente con las malezas la disminución en el rendimiento puede alcanzar hasta un 50% en situaciones de alta infestación y escasez de agua.

Brucia

Summit Agro Argentina, empresa con tecnología japonesa líder recomienda la utilización de herbicidas pre emergentes antes que las malezas emerjan. Sin embargo, para poder llevar a cabo este tipo de aplicaciones se requiere de un conocimiento exhaustivo de los lotes, situación compleja en la actualidad donde los sistemas de producción se dan en más de un 60% en superficies alquiladas, muchas de ellas en forma anual, con rotación de inquilinos.

Dada esta coyuntura donde los herbicidas residuales pueden no dar los resultados esperados, Summit Agro lanzó Brucia, un herbicida específico para maíz para el control post emergente de las malezas más difíciles. Este producto está formulado en base al activo Tolpyralate (modo de acción HPPD).

Brucia se destaca principalmente por su efectividad en el control de las malezas más difíciles y abundantes, como así también por ser un herbicida banda verde, con características físico-químicas que lo hacen muy amigable con el medio ambiente.

Pero podría decirse que su característica más atractiva es la flexibilidad en las rotaciones de los cultivos invernales que puedan seguir al maíz, ya sea para producción o de servicio, debido a la baja toxicidad que presenta. De esta manera, se podrá sembrar sin riesgos 3 meses después de la aplicación de Brucia. Desde Summit Agro enfatizan que: “estas características lo hacen más seguro y plástico a la hora de pensar en una rotación”.

La Niña

Tal como se mencionó anteriormente, el maíz tardío fue ganando terreno en las últimas campañas, pero particularmente este año se le suma el fenómeno de la niña que ha llevado a que el productor opte por una actitud más defensiva atrasando la siembra con la posibilidad que las condiciones mejoren y se pueda tener un balance hídrico más favorable. Desde Summit Agro aseguran: “es un año ambientalmente muy particular, donde las condiciones son adversas. Se necesita que las lluvias comiencen para poder lograr normalizar la humedad del perfil”.

Clarín

 
 
 

El Instituto Nacional de Semillas (Inase) difundió esta semana un reporte elaborado en base a datos del Sistema de Información Simplificado Agrícola (Sisa). La información permiten analizar en detalle algunas características que tuvo la campaña de soja 2019/2020, en lo que se refiere a la utilización de variedades certificadas y a la adopción de tecnología por parte de los productores. Uno de los datos importantes para el Inase es que creció el porcentaje de superficie que se sembró con semilla fiscalizada: fueron unos 4,5 millones de hectáreas, 30 por ciento del total estimado en 14,9 millones de hectáreas. El año pasado, habían sido 4,2 millones, 26,5 por ciento de las 15,8 millones implantadas en total.

De esta manera, el uso de semilla “legal” fue el más alto en seis campañas: hay que remontarse al ciclo 2013/14 para encontrar una proporción superior (31 por ciento).

Otro dato destacado es que, según lo declarado por los productores ante el Sisa, en el último ciclo se utilizaron 719 cultivares diferentes de soja. Significa un crecimiento del 4,5 por ciento con respecto a las 688 variedades registradas en la temporada 2018/19.

Entre las 10 primeras acumulan casi la mitad de la superficie sembrada y hay una empresa que domina con claridad el mercado: cuatro de las cinco más elegidas pertenecen al semillero Don Mario.

La más utilizada en la última campaña fue Don Mario 40R16, que ocupó 9,74 por ciento de las hectáreas. Por detrás se ubicó Don Mario 4612 RSF, con 9,11 por ciento. En tercer lugar aparece la Nidera A 5009 RG, con 8,9 por ciento; y luego siguen otras dos de Don Mario: la 46R18, con 4,56 por ciento; y 4615, con 42,5 por ciento.

En cuanto a la antigüedad del parque semillero, el informe no precisa el promedio, pero se advierte que son pocas las innovaciones que se van incorporando: la variedad más comercializada es de 2016; la segunda, de 2012; y la tercera, de 2007.

Recién en el cuarto lugar aparece un cultivar de 2018, que es el más nuevo del listado. Y entre los primeros 35 hay semillas hasta de 1997, 2000 y 2001.

Grupos de madurez

Con la información cargada en el Sisa, el Inase también llegó a la conclusión de que más del 70 por ciento de las sojas que se siembran en Argentina pertenecen a los grupos de madurez cuatro y cinco.

Con 6,79 millones de hectáreas, el grupo cuatro ocupó 45,5 por ciento del área sojera argentina. El grupo cinco sumó cuatro millones de hectáreas; es decir, 27,44 por ciento.

El grupo seis figura en tercer lugar con 1,84 millones de hectáreas (12,37 por ciento), mientras que el grupo tres abarca 1,18 millones de hectáreas (7,92 por ciento).

Estos datos también están desagregados por provincia, y en el caso de Córdoba se observa una variante con respecto al promedio nacional: dominan las semillas ubicadas en el grupo cinco, con 1,9 millones de hectáreas (41,85 por ciento del total).

Las de grupo cuatro, en tanto, se sembraron en 1,73 millones de hectáreas (38,16 por ciento).

En resumen: ocho de cada 10 hectáreas destinadas a soja en Córdoba, utilizan grupos cuatro y cinco.

Distribución

De acuerdo con el Sisa, Córdoba es la tercera provincia en cantidad de productores que declararon sembrar soja: fueron 15.093, por debajo de los 19.039 de Buenos Aires y los 17.731 de Santa Fe.

Sin embargo, es la segunda jurisdicción en superficie sembrada con cuatro millones de hectáreas, 27 por ciento del total; por detrás de las 4,5 millones de hectáreas de Buenos Aires.

En este contexto, hay un ítem en que la provincia mediterránea es líder a nivel nacional: es la que más productores tiene dentro del grupo denominado “grandes usuarios de semillas”.

Son 5.955 que sembraron 82 por ciento de la superficie sojera, por encima de los 5.722 de Buenos Aires y los 3.830 de Santa Fe.

Concentración

Otra muestra de la gran concentración es que según el informe del Inase, al dividir los 58.433 productores argentinos de soja en deciles, el 10 por ciento más grande siembra más de la mitad de la superficie de soja nacional.

Si se extiende el análisis al 30 por ciento de los agricultores de mayor envergadura, superan el 80 por ciento de las hectáreas.

Del otro lado, el 50 por ciento de los productores más pequeños no llegan siquiera a cubrir el 10 por ciento del área sojera.

Cada día que pasa y que las lluvias no llegan o lo hacen muy a cuentagotas, las perspectivas empeoran. A principios de la campaña, las bolsas de Cereales de Buenos Aires y de Comercio de Rosario (BCR) proyectaban una cosecha de trigo de más de 20 millones de toneladas. Pero el clima no acompañó: entre la sequía que viene sufriendo el centro y el norte argentino y el impacto de heladas que dañaron muchos lotes, las perspectivas se acortaron hasta ubicarse en torno a los 17 millones de toneladas. “Y no sabemos si es el último recorte que vamos a tener que hacer”, lamenta Emilce Terré, economista de la entidad rosarina.

El resultado es una oferta que sufrirá un fuerte ajuste: de acuerdo con la BCR, el stock final que quedaría de la campaña 2019/20 sería de 2,6 millones de toneladas, un millón de toneladas por debajo del promedio de los últimos cinco años. Significa una relación stock/consumo del 13 por ciento, una cifra que está a la mitad de la media del último lustro.

Si a esto se suman los casi 17 millones de toneladas del ciclo 2020/21, la oferta total no llegaría a los 20 millones de toneladas, el volumen más bajo en cinco temporadas.

El interrogante que surge es si esto provocará una puja entre los exportadores y los molinos que pueda poner en peligro el abastecimiento al mercado interno, tal como ocurrió en febrero pasado cuando el Gobierno llegó a advertir que no dudaría en intervenir si lo creía necesario.

“Un Estado que se sienta amenazado en la provisión del trigo, faltando nueve meses para el empalme de la cosecha, si tiene que intervenir, interviene”, dijo el subsecretario de Agricultura, Julián Echazarreta, durante la Fiesta del Trigo en Leones.

En el mercado tienen los peores recuerdos de las consecuencias que trajeron aquellas intervenciones lideradas por el exsecretario de Comercio, Guillermo Moreno, y por ahora no temen que el agua llegue al río. Tanto molinos como exportadores aseguran que las condiciones actuales difieren de las de un año atrás y que, pese a la restricción de la oferta, no debería haber problemas para que todos puedan cumplir sus compromisos.

Mercado interno

Hace 12 meses, Alberto Fernández había triunfado con holgura en las elecciones primarias y se encaminaba a ser el nuevo presidente de Argentina.

Los productores ya presagiaban que la gestión del Frente de Todos incrementaría las retenciones y por eso apuraron sus ventas a un ritmo inusual. En ese fenómeno también incidió el fuerte salto del dólar, que valorizó los granos.

Según un análisis de la corredora Zeni, a principios de octubre de 2019 los exportadores ya habían comprado 6,2 millones de toneladas de la cosecha 2019/20, 1,2 millones más que las que llevan adquiridas en la actualidad, del nuevo ciclo. Los molinos, en cambio, apenas habían comprado 94.500, un valor levemente por debajo de las casi 111.800 de hoy.

De acuerdo con la Bolsa de Rosario, “reina la cautela en los negocios con trigo nuevo: a la fecha las ventas declaradas al exterior del sector exportador suman 3,8 millones de toneladas, un 43 por ciento por detrás de los registros a la misma altura del año anterior”. De todos modos, esta cifra supera por un 35 por ciento el promedio de los últimos cinco años.

Para Gabriel Gastaldi, presidente de la Cámara de Industriales Molineros, cuando los productores apuran las ventas, los que sufren son los molinos que no tienen espalda financiera para comprar grandes volúmenes de manera anticipada.

“El problema es que no tenemos forma de calzar el negocio, porque de la única forma que podría comprar a futuro es vendiendo anticipadamente harina, algo que no existe en el mercado. Por eso la molinería compra a lo largo del año, y a medida que vende harina, vuelve a comprar”, explica Gastaldi.

Entre octubre de 2019 y febrero de 2020, los molinos la pasaron mal. Los productores se desprendieron de gran parte de la cosecha y los mayores compradores fueron los exportadores, lo que dejó a la molinería ante el riesgo de quedarse sin mercadería.

La ventaja en el nuevo ciclo comercial es que ese apuro por vender no está presente, sino todo lo contrario. “Al haber una brecha tan grande entre el dólar oficial y el paralelo, nadie quiere desprenderse de mercadería valuada en esa moneda para quedarse en pesos. Estira lo más que puede la comercialización y si vende, es sólo lo justo y necesario”, amplía el director de Gastaldi Hnos, con base en General Deheza.

Mercado externo

Por el lado de los exportadores, un ejecutivo de una de las principales multinacionales que opera en el país coincide en que el ritmo más lento de comercialización colaborará para que no haya una puja tan marcada como la que ocurrió a principios de 2020.

“La cautela también obedece a que, por la sequía y las heladas, muchos productores no se animan a comprometer ventas que no saben si van a poder cumplir. Va a ser una campaña no tan apurada como la del año pasado”, grafica.

Un aspecto a tener en cuenta es que los cinco millones de toneladas compradas por la exportación de manera anticipada ya permiten tener cubiertos los primeros embarques del próximo ciclo sin problemas.

A eso, según Emilce Terré, hay que agregar que los exportadores compraron más de 15 millones de toneladas de la cosecha 2019/20, de las que terminarán exportando entre 12 y 13 millones: la diferencia es un stock que “sobra” para sumar a los embarques de 2021.

En paralelo, hay un factor de mercado que también difiere con el año pasado: Australia, tras varias campañas con sequía, tendrá altos niveles de producción. Esto significa que los países del sudeste asiático, que en los últimos años se transformaron en los segundos compradores de Argentina por detrás de Brasil, volverán a estar abastecidos por ese país.

No obstante, para Terré, como la demanda interna de trigo es inelástica –con o sin crisis, el consumo está estabilizado en seis millones de toneladas–, será inevitable que haya un ajuste en el saldo exportable, que reduciría el comercio exterior a entre 10 y 11 millones de toneladas. Eso es una mala noticia para el Gobierno: significa menos ingreso de divisas y menos recaudación fiscal.

Agrovoz – La Voz del Interior (Córdoba) – Favio Ré

La provincia del Chaco tiene una estimación de siembra que podría alcanzar el millón de hectáreas entre soja, algodón, sorgo, maíz y otros cultivos. Sin embargo, todo depende del clima. La mayor estimación que hace el Ministerio de Producción, Industria y Empleo a través de la subsecretaría de Agricultura, es para la soja, con 443.262 hectáreas, unas 176.525 menos que en la campaña anterior, donde alcanzaron a implantarse 619.788 hectáreas, que tuvieron un rinde promedio de 2.400 kilos por hectárea.

Intencion de siembra Chaco.jpg 

El algodón, en crecimiento

En segundo término, estima para el cultivo del algodón la siembra de 201.328 hectáreas, unas 18.779 hectáreas más que en la campaña 2019/2020. El promedio en algodón fue de 1.900 kilos por hectárea.

El maíz, tercero

En tercer término, estiman una superficie de 165.190 hectáreas destinadas para maíz de segunda, de las cuales se implantaron ya las primeras 250 hectáreas. En la campaña anterior, cabe señalar, se sembraron 195.098 hectáreas con un promedio de 3.609 kilos por hectárea.

En cuarto lugar, estima la cartera de Producción que se sembrarán 145.306 hectáreas de sorgo, es decir, unas 69.214 más que el año pasado cuando se implantaron 76.092 hectáreas con un rinde promedio de 2.450 kilos por hectárea.

Otros cultivos

La cartera productiva hace referencia a que dentro del segmento de otros cultivos, se implantarán 23.568 hectáreas, en los que se menciona cártamo, avena, alfalfa y otros no tradicionales.

La superficie en este caso disminuyó ya que en la campaña anterior se estableció en unas 30.000 hectáreas.

Diario Norte (Chaco)

 
 
 

El Gobierno recibirá a las 17hs al Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) que viene con fuertes internas tras los anuncios oficiales de la baja temporal de las retenciones a la soja y la vuelta del diferencial arancelario entre el poroto y los derivados de la oleaginosa. Precisamente, en dicho anuncio el ministro de Economía, Martín Guzmán, citó al campo a seguir planificando la "Estrategia de Reactivación Agroindustrial" para hoy. Sin embargo, a partir de las medidas oficiales, las internas en el seno del campo se profundizaron.

La Mesa de Enlace, con Coninagro, Confederaciones Rurales Argentinas y Federación Agraria (La Sociedad Rural no participa), quedaron muy enojados por las medidas tomadas por el Gobierno pero principalmente, por la vuelta del diferencial arancelario al complejo oleaginoso porque aseguran que “los productores terminan subsidiando a la industria”, pero sobre todo, la bronca es que no fueron consultados.

En un primer momento se barajó que las entidades agropecuarias se vayan del Consejo Agroindustrial pero finalmente, decidieron continuar. Así lo hicieron saber los integrantes de la mesa de Enlace el viernes en una conferencia de prensa virtual.

“Vamos a monitorear de cerca todas la decisiones que se vayan tomando”, remarcó Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), sobre la decisión de continuar en el Consejo. La semana pasada dicha entidad rural puso en la mesa la decisión de seguir en la organización. “La decisión si nos vamos o no la tomará el consejo que integra Cra. Haremos un análisis exhaustivo de los resultados”, dijo.

Desde Federación Agraria afirmaron que tratarán de participar en la reunión con el Gobierno pero también analizarán cada movimiento.

Desde Coninagro tomaron una postura diferente y están abiertos al diálogo. “Apuesto a la sensatez porque habrá diferencias pero hay que subsanarlas. El Consejo Agroindustrial es un ámbito más de unidad de expresión de ideas que la Argentina lo necesita.”, aseguró Carlos Iannizzotto, titular de la organización que integra a las cooperativas.

De todas maneras, más allá de su intención, hoy no participarían de la reunión en Casa Rosada ya que los presidentes de las gremiales del campo se encuentran en diferentes provincias.

Se sabe que el vocero será José Martins, presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, como lo viene siendo en las reuniones. Pero no trascendió quiénes lo acompañarán (se habla de 6 lugares para el campo).

La semana pasada desde el Consejo Agroindustrial lanzaron un comunicado para acercar las partes y bajar los decibeles con la Mesa de Enlace y los productores.

Según explicaron, “es indispensable que el productor agropecuario tenga claros incentivos a producir más para lo cual es necesario trabajar en un esquema de reducción de la alta carga de impuestos nacionales, provinciales y municipales, como así también la necesidad de mejorar la competitividad y promover la inversión con visión exportadora”.

En este sentido, reiteraron que el productor agropecuario es esencial para lograr el desarrollo económico integral, por lo que se debe atender prioritariamente sus necesidades que están incluidas en las propuestas de la Estrategia de Reactivación Agroindustrial.

En su informe semanal el USDA relevó el progreso de las cosechas de maíz y de soja sobre el 41 y el 61% de las respectivas áreas aptas, contra el 25 y el 38% de la semana anterior. En cuanto al estado bueno/excelente de las plantas, el organismo redujo en un punto la proporción de maíz y de soja en esa condición, del 62 al 61 y del 64 al 63%, respectivamente. La siembra de trigos de invierno avanzó sobre el 68% de la superficie prevista.

MAÍZ

El progreso de la cosecha de maíz fue relevado por el USDA sobre el 41% del área apta, contra el 25% de la semana pasada; el 20% de igual momento de 2019, y el 32% promedio de las últimas cuatro campañas. En promedio, el mercado esperaba un avance sobre el 39% de la superficie apta. En Iowa y en Illinois la cosecha avanzó sobre el 42 y sobre el 45% de las respectivas áreas aptas.

Además, ponderó el 61% de los cultivos en estado bueno/excelente, por debajo del 62% de la semana pasada, pero por encima del 55% de igual momento de 2019. El organismo indicó que está maduro el 94%, contra el 87% del reporte precedente; el 69% del año pasado, y el 87% promedio.

SOJA

El avance de la cosecha de soja fue relevado por el USDA sobre el 61% del área apta, contra el 38% de la semana pasada; el 23% de igual momento de 2019, y el 42% promedio de las últimas cuatro campañas. El promedio de las estimaciones privadas había augurado el avance de la cosecha sobre el 59% del área. En Illinois y en Iowa la recolección progresó sobre el 56 y sobre el 78% de las respectivas superficies aptas.

En su valoración sobre la condición de las plantas, el USDA ponderó el 63% de la soja en estado bueno/excelente, por debajo del 64% de la semana pasada, pero por encima del 54% de igual momento de 2019. El organismo agregó que está perdiendo hojas el 93% de la soja, contra el 85% del reporte anterior; el 81% del año pasado, y el 90% promedio.

TRIGOS DE INVIERNO

El USDA relevó el progreso de la siembra de trigos de invierno sobre el 68% de la superficie estimada, contra el 52% de la semana pasada; el 61% de igual momento del año pasado, y el 61% promedio. El dato oficial resultó mayor que el 67% previsto por los operadores. Emergió el 41% de las plantas, frente al 24% de la semana anterior; al 37% de 2019, y al 35% promedio.

Por Guillermo Divito.

El principal interrogante de las últimas tres campañas en nuestra zona del centro y sur bonaerense es ¿Más nitrógeno y menos plantas en maíz? Este debate lo hemos tenido en la regional Juan Manuel Fangio (JMF) de Aapresid, realizado en colaboración inter-institucional entre dicho grupo de productores, la Regional Necochea e investigadores de la Unidad Integrada (INTA-FCA) Balcarce. El análisis incluyó alrededor de 400 lotes (18.000 hectáreas) de un área limitada por Gral. Madariaga, Mar del Plata, Necochea y Lobería.

Respecto a la nutrición del cultivo, se observa que la dosis media de nitrógeno (N) aplicada en siembras tempranas fue 63 kg N/ha (equivalente a unos 137 kg de urea) en ambientes de alto y medio potencial. En tanto que en siembras tardías las mismas fueron cercanas a 42 y 55 kg N/ha para ambientes de alta y media productividad, respectivamente. Aquí se destaca que los modelos calibrados localmente indican que para los rendimientos medios que planteamos como objetivo en maíces tempranos (10.000 kg/ha) se deberían aplicar dosis de N cercanas a 120 kg/ha. En maíz tardío la diferencia entre las dosis empleadas y lo calculado por los modelos zonales fue menor, pero igualmente relevante (aproximadamente 20 kg N/ha).

El rendimiento alcanzable por el maíz ha aumentado consistentemente en las últimas décadas, apoyado principalmente en la interacción entre el mejoramiento genético y el manejo del cultivo. Mientras la productividad del agua (kg grano/mm de agua disponible) aumentó notablemente, la productividad del N (kg grano/kg N disponible) lo hizo en mucha menor medida. Así, para capitalizar los incrementos en el rendimiento alcanzable a campo deberemos readecuar la fertilización, más aún considerando la disminución sostenida del potencial aporte por mineralización de los suelos.

Por otro lado, del análisis surge que en ambientes de alto potencial, donde en promedio el rendimiento fue cercano a los 9200 kg/ha, las densidades de siembra medias fueron cercanas a 62 mil plantas/ha. En ambientes caracterizados como de potencial intermedio-bajo el rendimiento fue cercano a 8200 kg/ha y la densidad 61 mil plantas/ha. En siembras tardías, estas relaciones se mantuvieron: en ambientes de alto potencial se emplearon 59 mil pl/ha para rendimientos medios de 8700 kg/ha, mientras que en ambientes de media productividad se sembraron 53 mil plantas y se obtuvieron rendimientos cercanos a 8000 kg/ha.

Los híbridos actuales poseen mayor plasticidad reproductiva y mayor tolerancia al estrés. Esto, en conjunto, reduce la respuesta del cultivo a la densidad. Así, al contrastar las densidades usadas a campo con la información generada en ensayos controlados y de redes de ensayos de productores de Aapresid, surge que podríamos reducir la densidad de siembra sin grandes penalidades. O que, alternativamente, la penalidad por reducir la densidad sería menor a la penalidad por una oferta escasa de N.

Sobre la base de lo descripto, planteamos la hipótesis que podríamos obtener beneficios al reasignar recursos económicos, generalmente limitantes, bajando la densidad de plantas y fertilizando mejor el cultivo. Esta recomendación debería ajustarse según características de cada híbrido y ambiente pero, en promedio, se podría plantear una reducción de la densidad cercana a 15-25%. Según la relación de costos actual, para los híbridos más empleados, 1000 semillas de maíz equivalen a 2,5 kg de N puestos en el campo. Por ello, el ahorro debido a la reducción de densidad permitiría incrementar unos 35 kg/ha la dosis de N aplicada.

En síntesis, la información disponible nos indica que podríamos mejorar el retorno de la inversión en maíz si reducimos la densidad de siembra y aumentamos las dosis de N. Es importante validar estos modelos en nuestros ambientes a fin de realizar ajustes. En campos de las Regionales de Aapresid ya comenzamos a hacerlo.

Colaboraron Germán Berg, Juan P Edwards Molinay Anibal Cerrudo.

Campo – La Nación

 
 
 

Mientras la cosecha estadounidense avanza sobre algo más del 40% del área apta, el mercado de soja ya comenzó a mirar hacia América del Sur, y más puntualmente, hacia Brasil, el principal productor y exportador mundial de la oleaginosa, que fortaleció su posición de liderazgo global en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y que arrancó con las tareas de siembra de la campaña 2020/2021. En su primera valoración de la nueva campaña, anteayer la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), dependiente del Ministerio de Agricultura de Brasil, estimó la intención de siembra de soja en 37,88 millones de hectáreas y proyectó el volumen de la producción en 133,67 millones de toneladas, cifras que implican crecimientos del 2,5% frente a los 36,95 millones de hectáreas y del 7,1% respecto de los 124,85 millones de toneladas de la campaña 2019/2020.

Esa convicción de que la nueva temporada agrícola va en camino de marcar un récord en Brasil es compartida por los privados. "Nuestra estimación de superficie para el ciclo que se inicia es de 38 millones de hectáreas, que debería dejar una producción de soja de 132,60 millones de toneladas", dijo a LA NACION desde San Pablo Ana Luiza Lodi, especialista en el mercado de soja de la consultora estadounidense StoneX.

Por su parte, desde Florianópolis, Adriano Lo Turco, analista de Agroconsult, contó que la firma proyecta un área destinada a la soja de "38,30 millones de hectáreas, que deberían dejar una cosecha de 133,40 millones de toneladas".

Según Lodi, el real devaluado resultó muy favorable para la soja brasileña, con exportaciones fortalecidas, ventas adelantadas y con precios muy altos en el mercado interno. "Este contexto de oferta restringida por la celeridad de las ventas externas y de valores altos fueron un incentivo para el crecimiento de la superficie en el ciclo 2020/2021", explicó.

Ese escenario comercial favorable, que alienta el crecimiento de la producción, se mantiene según Lo Turco. "Con una relación real/dólar en torno de los 5,6/1 los productores brasileños van a tener márgenes buenísimos. Tanto es así que algunos ya están empezando a comercializar la futura cosecha 2021/2022, para aprovechar esa desvalorización de la moneda local", aseguró a LA NACION.

Para graficar la bonanza que vino atravesando la comercialización de la soja brasileña, el especialista señaló que actualmente "casi no hay soja en Brasil para la exportación. Calculamos que en el cuarto trimestre del año se debería exportar no más de 1,5 millones de toneladas. Esos serían los envíos más chicos de soja brasileña para ese período en los últimos tres años". Agregó que las ventas a China resultaron más grandes que las previstas un año atrás: "En total, calculamos que las exportaciones durante 2020 totalizarán 80,90 millones de toneladas. En los primeros ocho meses las ventas sumaron 75,10 millones y de ellos, 54,50 millones de toneladas fueron hacia China".

Para StoneX, el ciclo 2019/2020 cerrará con ventas externas por 81 millones de toneladas. "Se está muy cerca de cumplir con la meta prevista y es importante destacar que de igual modo que las ventas a China aumentaron en comparación con 2019, también lo hicieron las exportaciones a otros países", aseguró Lodi.

Para la Conab, el buen desempeño de la producción y de las exportaciones brasileñas de soja se mantendrá en la nueva campaña, "apoyado por una fuerte demanda china, por tipos de cambio favorables y por precios de la soja en buen nivel, creando un escenario donde los productores podrán invertir más en el paquete tecnológico y mejor en el manejo de los cultivos". Según el organismo, las exportaciones 2020/2021 totalizarían 85 millones de toneladas.

Y si bien las sembradoras recién comienzan a caminar, a la espera de lluvias que mejoren la condición de los suelos, los productores brasileños ya comercializaron la mitad de todo lo que prevén recolectar en el transcurso de los primeros meses de 2021. Así lo ratificaron Lodi y Lo Turco, que ubicaron el rango de ventas anticipadas "entre el 50 y el 55%" de la nueva cosecha estimada. "El año pasado para esta misma fecha se había comercializado el 29% de la producción esperada de soja", comparó la especialista de StoneX.

El adelanto de las ventas brasileñas contrasta muy fuerte con lo que sucede en la Argentina, donde las ventas anticipadas 2020/2021 apenas sumaron al 30 de septiembre 2,73 millones de toneladas, según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura de la Nación, que son equivalentes al 5,9% de los 46,50 millones de toneladas que recientemente proyectó como cosecha posible la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Cabe agregar que el dato sobre la comercialización de la nueva cosecha argentina evidencia un atraso del 50,5% frente a los 5,52 millones de igual momento de 2019.

A la espera de las lluvias

Acerca del clima en el arranque de la época de siembra, Lodi contó que actualmente el tiempo es muy caluroso y seco, lo que retrasó el inicio de las labores. "Por ahora no se evidencia una gran preocupación, pese a los retrasos, sobre todo porque se espera que las lluvias se regularicen durante el presente mes. Sin embargo, esos atrasos en la siembra de soja sí llevan más preocupación al ciclo del maíz de la segunda cosecha, dado que atrasarán la recolección de la oleaginosa y demorarán la implantación del cereal. En el caso de la soja, incluso con retrasos, tan pronto como llueve los productores pueden avanzar rápidamente con la siembra", analizó. Hasta el cierre de la semana anterior la siembra había avanzado sobre el 2% del área prevista, contra el 5% promedio.

Lo Turco explicó que en general "los suelos están muy secos, lo que no es anormal para esta época del año, pero hay lluvias previstas para los próximos días que deben aliviar la situación. Las preocupaciones son, por un lado, que las lluvias se retrasen mucho y que comprometan la siembra de maíz de inverno, algo que por el momento es solo una posibilidad, y, por el otro, los crecientes riesgos de entrar en una etapa Niña, con la falta de lluvias que ello podría implicar para los cultivos de verano".

Una variable que el mercado ya comenzó a considerar es la posibilidad de que un atraso algo más marcado que el que se evidencia actualmente en la siembra de Brasil pueda implicar escasez de soja en enero. "Ese temor existe y de suceder, es decir, si Brasil no cuenta con la soja nueva en enero, se podrían generar más negocios para Estados Unidos. Pero esto todavía no es un hecho concreto, depende mucho de las lluvias de los próximos días. Pero, sí, es una preocupación", aseguró Lo Turco.

No obstante, el especialista de Agroconsult coincidió con Lodi en cuanto a que la capacidad de siembra del productor en Brasil es muy buena. "Si el clima lo permite, nuestros productores pueden sembrar muy rápidamente sobre una gran superficie debido alta disponibilidad de máquinas", contó el analista brasileño.

Chicago suma incentivos

Y como si Brasil necesitara algún incentivo más para afianzar su relación con la soja, el inicio de las siembras coincide con la fuerte mejora que las cotizaciones vienen experimentando en Chicago desde la segunda semana de agosto y que ya ubicó los valores de la oleaginosa en el nivel más alto desde abril de 2018. Entre el 7 de agosto último y el cierre de anteayer, la posición noviembre de la soja trepó un 20,8%, al pasar de 318,75 a 385,11 dólares por tonelada.

"Las subas de precios no modificaron el crecimiento que ya se evidenciaba en la intención de siembra. Es posible que algunos productores puedan destinar algo más de área, pero la cuestión es que no queda muchas más semillas ni fertilizantes para entregas en el corto plazo", dijo Lo Turco a LA NACION. Y añadió que en el mercado doméstico, tanto los valores nominales de la soja disponible como los de la nueva cosecha "están en niveles históricamente récord".

Por su parte, Lodi explicó que los precios más altos en Chicago influyen en los valores internos, "pero las intenciones de siembra eran positivas incluso antes de las recientes subas en el mercado estadounidense, ya que la oferta interna resultó muy escasa por la buena evolución de las exportaciones, lo que mantuvo los valores internos muy altos durante buena parte del ciclo comercial".

Hacia adelante la Conab trazó un panorama positivo para los precios, dado que "se espera que el consumo interno se mantenga alto, motivado por la recuperación de la economía brasileña en 2021, por un aumento en la producción de carne para exportación y por el uso de soja en la producción de biodiésel".

 

Un liderazgo que se fortalece

Brasil prevé crecer en área, cosecha y en exportaciones

  • 2,5%. Intención de siembra: según la primera proyección publicada anteayer por la Conab, la intención de siembra de soja 2020/2021 es de 37,88 millones de hectáreas, frente a los 36,95 millones cubiertos en el ciclo 2019/2020.

 

  • 7,1%. Producción: con la expectativa de un crecimiento del rinde promedio de 33,79 a 35,29 quintales por hectárea, el organismo proyectó la nueva cosecha en 133,67 millones de toneladas, contra los 124,85 millones de la campaña precedente.

 

  • 3,7%. Ventas externas: cuando la oferta de soja disponible es casi nula por la celeridad con la que se despachó gran parte de los 82 millones de toneladas previstos, las exportaciones 2020/2021 se calculan en 85 millones de toneladas.

Campo – La Nación – Dante Rofi

Sábado, 10 Octubre 2020 21:06

INFORME USDA OCTUBRE 2020

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos publicó hoy su nuevo informe mensual con las estimaciones sobre oferta y demanda de granos en el nivel mundial. Lo destacado del reporte pasa por el espacio dedicado a la soja estadounidense, dado que entre la menor producción y las mayores exportaciones, el organismo reduce en un 36,9% el volumen de las existencias finales, de 12,52 a 7,90 millones de toneladas y las deja incluso debajo de los 9,88 millones previstos por el mercado. Ese nuevo dato, que potencia la firmeza actual de las cotizaciones de la soja, que están en el nivel más alto desde abril de 2018, resulta el más bajo desde los 5,35 millones del ciclo 2015/2016.

Frente a un volumen de existencias tan bajo, el mercado seguirá muy pendiente de lo que suceda con lo que resta de la recolección, dado que eventuales nuevas pérdidas podrían acercar el volumen de las reservas al antes citado caso de la campaña 2015/2016. De igual modo, la posibilidad de que un atraso en la siembra brasileña impida el ingreso del grano sudamericano en el mercado en enero podría alentar mayores ventas estadounidenses, sobre todo a China, que demandará un récord histórico de 100 millones de toneladas a lo largo de todo el ciclo comercial.

En cuanto al maíz, también el USDA hace recortes profundos sobre las existencias finales 2020/2021, producto del ajuste de las reservas 2019/2020 y de la caída en la producción esperada. No obstante, los 55,04 millones de toneladas proyectados por el organismo quedaron arriba de los 53,85 millones previstos por los privados.

Y en trigo, la nota la da el USDA con un tardío sinceramiento de la cosecha de Rusia, al elevarla de 78 a 83 millones de toneladas, con exportaciones que crecen de 37,50 a 39 millones. Sin embargo, el mercado ya está más pendiente de las siembras de invierno rusas, que vienen muy complicadas por el climay que posibilitan la firmeza de sus precios.

A continuación, detallamos los principales datos del nuevo trabajo oficial

SOJA

Campaña 2019/2020

Por ajustes en el consumos doméstico y en las exportaciones, el USDA redujo del 15,64 a 14,25 millones de toneladas el volumen de las existencias finales estadounidenses.

Además, el organismo redujo de 49,70 a 49 millones de toneladas el volumen de la cosecha argentina y de 10,25 a 10 millones las exportaciones de poroto de soja.

El organismo mantuvo en 126 millones de toneladas el volumen de la cosecha de Brasil y redujo de 93,50 a 92,48 millones las exportaciones, datos ambos que quedaron arriba de los publicados ayer por la Conab, de 124,85 y de 82 millones de toneladas.

Las importaciones chinas fueron reducidas de 98 a 97,40 millones de toneladas.

Campaña 2020/2021

El USDA estimó la cosecha de soja de los Estados Unidos en 116,15 millones de toneladas, por debajo de los 117,38 millones previstos en septiembre y de los 116,70 millones calculados por los privados en la previa del trabajo oficial. Para llegar a dicho volumen el organismo mantuvo el rinde promedio en 34,90 quintales por hectárea, pero redujo la superficie que llegará a ser cosechada de 33,59 a 33,31 millones de hectáreas.

En el resto de las variables comerciales, y con la reducción de las existencias iniciales antes descripta, el organismo redujo muy levemente el uso total, de 63,07 a 63,03 millones, pero dio el golpe al elevar su estimación sobre las exportaciones, de 57,83 a 59,87 millones de toneladas. Así, las existencias finales fueron proyectadas en 7,90 millones de toneladas, lejos de los 12,52 millones del informe anterior y también por debajo de los 9,88 previstos por los operadores. De este modo, el stock final cae debajo de los 10 millones por primera vez desde la campaña 2016/2017, que terminó con 8,21 millones, y resulta el más bajo desde los 5,35 millones del ciclo 2015/2016.

Producción en Estados Unidos (en millones de toneladas)

USDA

Octubre

USDA

Septiembre

Promedio

Privados

USDA

2019/2020

116,15

117,38

116,70

96,69

Área cosechada en Estados Unidos (en millones de hectáreas)

USDA

Octubre

USDA

Septiembre

Promedio

Privados

USDA

2019/2020

33,31

33,59

33,55

30,33

Rinde Promedio en Estados Unidos (en quintales por hectárea)

USDA

Octubre

USDA

Septiembre

Promedio

Privados

USDA

2019/2020

34,90

34,90

34,77

31,88

Stock Final en Estados Unidos (en millones de toneladas)

USDA

Octubre

USDA

Septiembre

Promedio

Privados

USDA

2019/2020

7,90

12,52

9,88

15,64

 

Acerca de la oferta sudamericana, el USDA estimó la producción de Brasil en 133 millones de toneladas y las exportaciones en 85 millones, sin cambios. Ayer, en su primer relevamiento 2020/2021, la Conab proyectó la cosecha de soja en 133,67 millones de toneladas y las ventas externas, en 85 millones.

En cuanto a la Argentina, el USDA estimó la cosecha de soja en 53,50 millones de toneladas, sin variantes, pero redujo de 7,50 a 7 millones las exportaciones de poroto de soja.

Las compras de China fueron elevadas por el USDA de 99 al récord histórico de 100 millones de toneladas.

La producción mundial del soja fue proyectada por el USDA en 368,47 millones de toneladas, por debajo de los 369,74 millones de septiembre, en tanto que las existencias finales fueron calculadas en 88,70 millones de toneladas, respecto de los 93,59 millones del mes pasado y de los 91,20 millones previstos por los privados.

Stock Final en el Mundo (en millones de toneladas)

USDA

Octubre

USDA

Septiembre

Promedio

Privados

USDA

2019/2020

88,70

93,59

91,20

96,01

 

MAÍZ

Campaña 2019/2020

En su repaso por la vieja campaña estadounidense, el USDA elevó el uso total de maíz de 301,39 a 307,58 millones de toneladas (mayor uso forrajero) y las exportaciones, de 44,83 a 45,17 millones. Así, las existencias finales fueron ajustadas de 57,23 a 50,68 millones.

La cosecha de la Argentina fue elevada de 50 a 51 millones de toneladas y las exportaciones fueron incrementadas de 37 a 38 millones.

Para Brasil fueron sostenidos sin cambios las cifras de cosecha y de exportaciones, en 102 y en 34 millones de toneladas.

Campaña 2020/2021

El USDA estimó la cosecha de maíz de los Estados Unidos en 373,95 millones de toneladas, por debajo de los 378,47 millones previstos en septiembre y de los 376,52 millones calculados por los privados en la previa del trabajo oficial. Para llegar a dicho volumen el organismo redujo de 112,04 a 111,97 quintales por hectárea el rinde promedio y de 33,79 a 33,39 millones de hectáreas la superficie que llegará a ser cosechada.

En el resto de las variables comerciales estadounidenses, y con el importante aporte de la reducción de las existencias iniciales, el organismo ajustó el uso forrajero de 147,96 a 146,69 millones de toneladas y el uso total, de 313,70 a 311,16 millones (el uso para etanol baja de 129,55 a 128,28 millones). Las exportaciones fueron sostenidas en 59,06 millones. Y tras estos ajustes, el stock final fue calculado en 55,04 millones de toneladas, por debajo de los 63,57 millones del mes pasado, pero por encima de los 53,85 millones esperados por los privados.

Producción en Estados Unidos (en millones de toneladas)

USDA

Octubre

USDA

Septiembre

Promedio

Privados

USDA

2019/2020

373,95

378,47

376,52

345,96

Área cosechada en Estados Unidos (en millones de hectáreas)

USDA

Octubre

USDA

Septiembre

Promedio

Privados

USDA

2019/2020

33,39

33,79

33,71

32,92

Rinde Promedio en Estados Unidos (en quintales por hectárea)

USDA

Octubre

USDA

Septiembre

Promedio

Privados

USDA

2019/2020

111,97

112,04

111,66

105,13

Stock Final en Estados Unidos (en millones de toneladas)

USDA

Octubre

USDA

Septiembre

Promedio

Privados

USDA

2019/2020

55,04

63,57

53,85

57,23

 

La producción de Brasil fue proyectada por el USDA en 110 millones de toneladas, sin cambios respecto del informe del mes pasado. De igual modo, las exportaciones fueron mantenidas en 39 millones. Ayer, la Conab publicó su primer relevamiento sobre el ciclo 2020/2021 y allí calculó el volumen total de la producción de maíz brasileño en 105,17 millones de toneladas, mientras que las ventas externas las proyectó en 35 millones.

Para la Argentina el USDA estimó la cosecha de maíz en 50 millones de toneladas y las exportaciones, en 34 millones, sin cambios.

La cosecha de Ucrania fue ajustada de 38,50 a 36,50 millones de toneladas y sus ventas externas, de 32,50 a 30,50 millones.

En cuanto a la demanda, el USDA redujo de 25 a 24 millones de toneladas las importaciones de la Unión Europea, pero elevó de 18,25 a 18,65 millones las compas de los países del Sudeste Asiático y mantuvo sin cambios las importaciones de México, en 18,30 millones; de Japón, en 16 millones, y de Egipto, en 11 millones. También mantuvo sin variantes las compras chinas, en 7 millones de toneladas.

La producción mundial del maíz fue proyectada por el USDA en 1158,82 millones de toneladas, por debajo de los 1162,38 millones de septiembre, en tanto que las existencias finales fueron calculadas en 300,45 millones de toneladas, respecto de los 306,79 millones del mes pasado y de los 299,60 millones previstos por los privados.

Stock Final en el Mundo (en millones de toneladas)

USDA

Octubre

USDA

Septiembre

Promedio

Privados

USDA

2019/2020

300,45

306,79

299,60

309,15

 

TRIGO

Campaña 2020/2021

Con la cosecha de los Estados Unidos en 49,69 millones de toneladas, tal lo había calculado el USDA en su informe de fines de septiembre, el organismo redujo de 28,41 a 27,98 millones de toneladas las existencias iniciales y de 3,54 a 3,40 millones las importaciones, pero elevó de 2,45 a 2,72 millones el uso forrajero y de 30,24 a 30,51 el uso total. Las exportaciones fueron sostenidas en 26,54 millones. Así, el stock final estadounidense fue calculado en 24,03 millones de toneladas, por debajo de los 25,19 millones del mes pasado y de los 24,22 millones previstos por los privados.

Stock Final en Estados Unidos (en millones de toneladas)

USDA

Octubre

USDA

Septiembre

Promedio

Privados

USDA

2019/2020

24,03

25,19

24,22

28,41

 

Fuera de las variables estadounidenses destacamos las siguientes estimaciones del USDA:

  • Tras un sinceramiento de las cifras, la cosecha de Rusia fue elevada de 78 a 83 millones de toneladas y las exportaciones, de 37,50 a 39 millones.
  • Para Ucrania la cosecha fue ajustada de 27 a 25,50 millones de toneladas y las ventas externas, de 18 a 17,50 millones.
  • La producción de Canadá fue reducida de 36 a 35 millones de toneladas, pero sus exportaciones fueron sostenidas en 25 millones.
  • Con una cosecha que fue elevada de 136,15 a 136,75 millones de toneladas, las importaciones de la Unión Europea fueron mantenidas en 5,50 millones y sus exportaciones, en 25,50 millones.
  • La cosecha de Australia se mantuvo sin cambios, en 28,50 millones de toneladas, al igual que sus exportaciones, en 19 millones.
  • Para la Argentina el volumen de la cosecha fue ajustado de 19,50 a 19 millones y las ventas externas, de 13,50 a 13 millones.

La producción mundial del trigo fue proyectada por el USDA en 773,08 millones de toneladas, por encima de los 770,49 millones de septiembre, en tanto que las existencias finales fueron calculadas en 321,45 millones de toneladas, respecto de los 319,37 millones del mes pasado y de los 317,20 millones previstos por los privados.

Stock Final en el Mundo (en millones de toneladas)

USDA

Octubre

USDA

Septiembre

Promedio

Privados

USDA

2019/2020

321,45

319,37

317,20

299,78

 

Agricultura

Se expanden las legumbres en el país pero quedan desafíos en los mercados interno y externos

Más allá que en esta campaña golpeó de lleno la falta de lluvias, la producción de porotos, arvejas, garbanzos y lentejas se consolida con manejo.

 

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La producción de legumbres viene creciendo en área y en producción en la Argentina de manera sostenida, más allá de algunos contrapuntos climáticos como está sucediendo este año por la falta de lluvias. Es que las oportunidades en el mundo están a la vista pero también el desafío es afianzar el consumo en el mercado interno.

 

 

Así, en este ciclo agrícola 2020/21, la superficie de legumbres superó las 600.000 hectáreas. La mayor parte se la llevan las distintas variedades de poroto, con 450.000 hectáreas. Le sigue el garbanzo y la arveja, con 70.000 hectáreas cada cultivo y cierra la lenteja, con 35.000 hectáreas.

Sergio Rafaelli, presidente de Clera.

Sergio Rafaelli, presidente de Clera.

“La superficie de legumbres tuvo incremento en el área del orden del 25% pero que no se vio reflejado en la producción total por la sequía que se dio en el país”, dio el puntapié Sergio Rafaelli, presidente de la Cámara de Legumbres de la República Argentina (Clera) durante la jornada de Actualización Técnica y Comercialización de Legumbres organizada de forma virtual por dicha organización. “Este año vamos a tener disponibles menos mercadería para exportar”, agregó.

Según calculó, los números del poroto, que ya se cosechó, son menores a los del ciclo previo. En el caso del poroto blanco, hay disponible alrededor de 130.000 toneladas contra las 195.000 toneladas de la campaña anterior; en poroto negro, bajó de 160.000 toneladas del ciclo previo a 120.000 toneladas este año y en porotos de color se dió la misma merma. “Afortunadamente, los precios del mercado mundial se han incrementando por lo que el ingreso de divisa será igual al año pasado. Además, hubo un cambio significativo en los canales de destinos donde Argentina exporta habitualmente incrementándose significativamente en los últimos años”, dijo.

Pusieron atención en el amarillamiento del garbanzo.

Pusieron atención en el amarillamiento del garbanzo.

En el caso del garbanzo, también habrá una marcada reducción por cuestiones climáticas, básicamente por la falta de agua en el norte de Córdoba, Tucumán y Salta. “La disponibilidad de mercadería de garbanzo será por debajo de años anteriores, que eran de 150.000 toneladas exportables por año y caerá por debajo de las 70.000 toneladas”, dijo refiriéndose a la legumbre que todavía no se ha cosechado.

”El viento de cola de mejores precios y mayor demanda, fue contrarrestado por el clima: frío y sequía”, graficó a su turno Gabriel Prieto, técnico del Inta Arroyo Seco refiriéndose a los cultivos de arveja y lenteja, lo que predomina en su zona de influencia.

En efecto, acotó, el sudeste de Santa Fe tuvo una de las peores cosechas de verano por una sequía monumental en los departamentos Rosario y Constitución, y en menor medida en el nordeste de Buenos Aires. “En respuesta a eso, la revancha fueron estas legumbres que permitirían además controlar malezas en invierno, producir con menor consumo de agua y rotar con cultivos de verano. Sin embargo, estas especies no tan exigentes en agua, recibieron en Santa Fe desde la siembra apenas 100 milímetros, comprometiendo seriamente el crecimiento óptimo de arveja y lenteja. En el norte de Buenos Aires las lluvias fueron más generosas”, informó.

Gabriel Prieto, técnico del Inta Arroyo Seco.

Gabriel Prieto, técnico del Inta Arroyo Seco.

Por otro lado, el impacto de las heladas de julio se hizo sentir muy fuerte, con marcas de hasta ocho grados bajo cero, dejando a su paso muchos lotes fuera de carrera y otros con atrasos importantes. Sumado a la fuerte sequía, en agosto se repitieron las heladas de cinco grados bajo cero, afectando el potencial de rendimiento de arveja y lenteja de los lotes que pudieron evolucionar.

“El nordeste de Buenos aires se vio beneficiado por mejores condiciones de humedad, con lo cual el final está abierto, pero con producciones menores a las esperadas, debido a que el período crítico se atrasa y va a verse afectado con las mayores temperaturas de la primavera”, informó.

Asimismo, Roberto de Rossi, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Católica de Córdoba (UCC), hizo foco en el garbanzo y sobre un punto que preocupa, que es el amarillamiento de la legumbre, una problemática que desde hace 4 campaña que se viene incrementando.

Según sostuvo, se ha dicho que hay distintos factores denominados como los causales de esta problemática. Primero, se lo unía al herbicida residual, luego al fusarium, más tarde, a los pulgones y en este último tiempo lo ligan a otro agente causal como es la mosquita del garbanzo. “Siempre se ha visto desde un solo punto. Por eso la oportunidad que planteamos es que tenemos que trabajar de manera interdisciplinaria”, analizó el referente.

Roberto de Rossi, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Católica de Córdoba (UCC).

Roberto de Rossi, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Católica de Córdoba (UCC).

“Cuando vemos los patrones, tiene mucha influencia las variedades, las fechas de siembra y vemos que no podemos decir que hay un único agente causal, sino que son muchos por eso lo denominamos el complejo del amarillamiento del garbanzo”, planteó.

Según alertó, este año muchos productores decidieron secar directamente el garbanzo por la cantidad de plantas muertas por este complejo.

Qué oportunidades ofrecen los mercados

Uno de los puntos que destacó Rafaelli fue que por la pandemia del coronavirus subió el consumo interno pero de todas maneras sigue siendo muy tenue porque Argentina tiene un consumo per cápita muy inferior a la región basado en arvejas y lentejas fundamentalmente, y en menor medida, garbanzo y muy poco de poroto.

“Cada argentino consume medio kilo de legumbre por año y habrá un incremento marcado este año pero igualmente estará muy por debajo de países vecinos como Brasil que consumen más de 17 kilos de legumbre, principalmente porotos”, describió el presidente de Clera.

En este sentido, reflexionó que a partir de la pandemia están dadas las condiciones a nivel mundial para que haya un crecimiento en el consumo de legumbres por la seguridad alimentaria, la practicidad y el tiempo disponible para elaborar comidas que en la habitualidad de de trabajo se ven imposibles.

“La gente retomó hábitos perdidos y está teniendo un impacto en ciertas tendencias alimenticias como el veganismo y el vegetarianismo por lo que las legumbres ocupan un lugar fundamental”, consideró.

La arveja tiene el mercado de China abierto.

La arveja tiene el mercado de China abierto.

Por lo que para Rafaelli “Argentina tiene un techo muy grande para crecer porque la base es muy baja"dijo informando que las expectativas para el año que viene son de que siga en crecimiento el área legumbrera.

Para Rafaelli, en los próximos años habrá un incremento muy importante en la producción principalmente basado en arveja porque Argentina cuenta con genética para tener desarrollos interesantes como en verde como en amarilla.

“Las limitantes cada vez son menores porque las fronteras agropecuarias de legumbres se ha ampliado más con exploraciones de nuevos lugares de producción. Los productores buscan una cartera más diversificada, más especialities que commodities y las legumbres corren con ventaja por tener una larga tradición comercial en Argentina”, dijo .

Por su parte, Adrián Poletti, director de Incrementar Consultoría Agropecuaria, recordó que durante muchos años, India fue el mayor productor, el mayor consumidor e importador del mercado mundial de legumbres secas o “pulses” (como se las denomina en inglés). Las especies que mayores niveles de importación tenían eran principalmente arvejas amarillas, fundamentalmente de origen canadiense y garbanzos del tipo Desi, provenientes de Australia.

“Ante volúmenes de importación cada vez mayores, ambos orígenes fueron aumentando los niveles de producción y exportación, hasta que, en el año 2017 un brusco cambio de condiciones comerciales fue implementado en India, donde se pasó de un libre flujo comercial a importaciones cuotificadas e impuestos de ingreso a las diferentes especies en función de su realidad productiva interna”, puntualizó.

Adrián Poletti, director de Incrementar Consultoría Agropecuaria

Adrián Poletti, director de Incrementar Consultoría Agropecuaria

En este sentido, el referente remarcó que China comenzó con módicos movimientos de importación de arvejas hacia el año 2010 desde Canadá, en donde su uso como ingrediente para enriquecer los niveles de proteína de sus famosos “noddles”, que era y es su principal uso. Para esa misma época, el gigante asiático exportaba cerca de un millón de toneladas de porotos en sus diferentes tipos, ya sean tipo Kidney como rojos, moteados o negros, o del tipo Mung.

Sin embargo, diez años después, China se encamina a importar 2.8 millones de toneladas de arvejas desde Canadá, no exporta mas porotos tanto a Europa (Rojos) o a Centro América (Negros) e importa importantes cantidades de Poroto Mung.

“Si observamos el desempeño de las especies involucradas con el comercio de China, vemos que Canadá recuperó los volúmenes récords de exportación de arvejas al año 2017, cuando estaban abiertos los mercados chinos e indio a la vez. Por su parte, los embarques al gigante asiático son los máximos registrados en los últimos años, mientras que los embarques desde Argentina de especies que China dejó de exportar o comenzó a importar son también récords”, analizó.

Teniendo en cuenta esta coyuntura global, Poletti planteó los escenarios y los desafíos que tiene la Argentina. Respecto a arvejas, remarcó que el país es uno de los 12 orígenes que tienen abierto el mercado chino a partir de disponer de los protocolos fitosanitarios autorizados, que se terminó de implementar hacia principios de este año, fruto de un trabajo realizado en forma conjunta entre la Clera y el sector público, representados tanto por el Ministerio como por el Senasa..

“Pero para jugar en las ligas que China propone, debemos aumentar la productividad y preparar terminales portuarias que permitan cargas a granel, de forma tal de poder competir palmo a palmo con Canadá, Australia, USA y eventualmente el Mar Negro cuando consiga su aprobación, la cual se encuentra aún pendiente”, remarcó.

Por otra parte, el complejo de porotos presenta un doble desafío, tanto en cubrir los espacios que China deja libres en Europa con sus exportaciones de porotos Rojos, en India y en Centro América con los del tipo Negro. “Ni hablar de los volúmenes crecientes de importación directa de poroto Mung. Pero para poder tomar ventaja de todo esto, es necesario implementar los protocolos fitosanitarios con China para estas especies”, argumentó.

 

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